CAPÍTULO 33

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—Genial, ¿Ahora que sigue?— Hunter me miró y se puso de pie —¿Matarás a todos los Evans?— camino hasta la puerta.

Yo me puse de pie y camine detrás de él —No exactamente— respondí a la pregunta antes hecha —Solo quiero que todo vuelva a la normalidad, que el mundo sea como antes.

—Para serte sincero no hay mucho que una niña inexperta como tú logré hacer lo que planeas.

—Si que puedo, vamos por mi pequeña Eliza— camine hasta alcanzarlo y lo rebase.

Luego, al salir de la casa la abuela de Hunter se encontraba esperando —Suerte con eso— dijo mostrando una sonrisa.

Yo me quedé en silencio, la mire y luego seguí mi camino hasta llegar al auto —Bien, vamos— Hunter subió también y se abrochó el cinturón.

—Como lo ordene el general— me abroche el cinturón y comencé a conducir —Guia a tu buena amiga ahí— sonreí.

—No soy un general, por favor— me miró —Quiero vivir una vida pacífica y alejada de toda esta mierda— reflejo molestia en su mirada —No soy tu amigo y aclaro que no hago esto porque quiero hacerlo. Se que mi abuela me reprenderá de nuevo si no lo hago.

—Claro, como usted diga, señor desconocido— mire al frente y seguí conduciendo.

Él solo me dió la ubicación de la casa en la que Eliza se encontraba y no pronunció palabra, solo miró por el cristal de la ventana y en poco tiempo se quedó dormido.

Conduje por alrededor de veinte minutos más. Mientras conducía puse un poco de música en la radio y me centre en mi objetivo.

Cuando llegamos a la casa desperté a Hunter y luego baje del auto, puse los seguros con mi habilidad y no deje que Hunter bajara, ya que me había dado cuenta que un desconocido se encontraba dentro de la casa.

Hunter trato de abrir la puerta, pero todos sus intentos fracasaron, ya que yo me aseguraría que nada malo le pasará estando conmigo. —¿Qué sucede, Moira?— siguió intentando —Dejame bajar del auto.

—Es peligroso, creo que la guerra acaba de comenzar— dije a través de mi habilidad, mientras caminaba lento a dónde estaba la puerta.

Me di cuenta que los sujetos que custodiaban la entrada se encontraban sin vida en el suelo, la chapa de la puerta estaba forzada y todo indicaba que ellos sabían que vendría primero por Eliza.

Abrí la puerta y entre. Me mantuve alerta, mostrando en todo momento mi peculiaridad y buscando cualquier amenaza posible. Camine por los pasillos, buscando a aquel dueño de los pensamientos que habían llegado a mi.

La planta baja estaba despejada, así que subí las escaleras para poder llegar al segundo piso, en dónde los pensamientos de Eliza llegaron a mi.

Busque habitación por habitación y finalmente, en la última habitación a la que había entrado pude ver a Eliza sobre las piernas de aquel hombre joven.

Ella se encontraba semidesnuda y con los pies y manos hatados, también tenía uno de esos collares puestos, lo cual significaba que no había podido sentirme llegar.

Alrededor de ellos había cuatro mutantes de rango especial, pertenceneintes a la familia Evans.

—Bienvenida— el hombre me miró y sonrió.

Sonreí y entre —Querida Eliza, finalmente logré encontrarte— camine ignorando la presencia de aquellos sujetos —Mirate— me acerque a la cama y quite la manta para poder cubrirla con ella. —Lamento llegar tarde— me rebaje a su altura y la cubrí con la manta.

Ella no hablo, estaba aterrada y las palabras no salieron de sus labios. Solo lágrimas desbordaron por sus ojos.

El hombre me tomo el brazo, arrojo a Eliza al suelo y se puso de pie —¿Estás ignorandome?

Yo me solté de él y lo mire —No eres la persona por la que vine— mire a Eliza y la ayude a ponerla de pie —Vamos, querida— camine sujeta a ella —Volvamos a casa.

—Acaben con ella— el hombre ordenó a aquellos mutantes y en seguida ellos obedecieron.

Yo me detuve y me gire —¿Eres su hijo?— lo mire y use mi habilidad para hacer frenar a esos mutantes —¿Estás cobrando algún tipo de venganza?— di pequeños pasos a dónde él estaba y también lo inmovilise. Entre a su mente y le hice sentir un poco del dolor que ese miserable me había hecho. —Solo hice lo que tu padre me obligó a hacer— me acerque a su oído y Susurré, luego me separé de el y volví a mirarlo —No te cruces en mi camino de nuevo, si no es que quieres que te haga lo mismo que le hice a él.

Por último mostré como lo asesine y salí de su mente. El se dejó caer de rodillas al suelo y soltó lágrimas, tal vez de dolor y de rabia hacia mi, la asesina de su padre.

Me gire y volví con Eliza. Reanudamos nuestro camino y salimos de aquella casa. Cuando llegamos al auto desactive su collar y se lo quite. La ayude a subir al auto y luego yo subí.

Hunter me miró molesto —¿Que sucedió allá?— pregunto —¿Por qué tardaron tanto en volver?

—Una locura— respondí mientras me ponía el cinturón de seguridad y encendía el auto —Un demente se cruzó en mi camino y tuve que darle un pequeño merecido— Sonreí.

—¿Que le pasa a ella?— miró a Eliza por el espejo retrovisor.

—No lo sé— Susurré. —Creo que algo malo.

Él no dejo de mirarla y mostró un rostro triste.

Yo continúe conduciendo hasta llegar a la casa de la abuela de él. Me estacione al frente de ella y me miró —¿Qué?

—Llegamos a tu casa— lo mire —Dijiste que no querías formar parte, así que ahora estarás seguro aquí.

—Yo, quiero ir contigo— susurro —Quiero ayudar en lo que pueda.

—Muy bien— me arranque de nuevo y volví a la casa en la que mi hermana Tina y los otros se encontraban.

Una vez llegamos baje del auto y Hunter bajo detrás de mi —¿Que pasará con ella? No parece estar bien.

—¿Crees que tu familia fue buena con ella?— lo mire —Enmienda el error de tu familia, Hunter— dije y camine hasta la casa, entre y lo deje solo con ella.

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