CAPÍTULO 9

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—¿Que sucede?— preguntó Victoria algo confundida.

—Solo quería saber si estabas bien— camine hasta donde ella se encontraba sentada y esperé de pie junto a ella. —¿Qué es lo qué haces?— pregunté al verla concentrada.

—Un informe— respondió sin despegar su vista del papel en el que estaba escribiendo.

—¿Sobre que?

—Lo que sucedió ahí dentro— dejó de escribir y me miró.

—¿Por qué?

—Tengo que hacerlo. Es mi trabajo, tengo que reportar todo lo que sucede en mis misiones.

—Entonces ¿Le dirás a mi padre todo lo que hice?— pregunté y ella asintió —¿También le dirás que mate a esa mujer?— volvió a asentir —No lo hagas— pedí —Nadie debe saber que soy una asesina. No quiero que me tengan miedo.

—Tranquila— sonrió —El informe solo lo lee tu padre y él no revelará nada.

—Pero no quiero que él lo sepa— me puse nerviosa, no quería que nadie lo supiera.

—Descuida— ella se puso de pie y me tomó de los brazos, por alguna razón desconocida eso me tranquilizaba —Si no quieres que nadie lo sepa, guardare el secreto— sonrió.

—Gracias. Te dejaré terminar tu trabajo— di media vuelta para poder salir de su habitación —iré a mi habitación, terminaré de leer el libro y después conseguiré un ajedrez para poder jugar— dije eso mientras caminaba.

El rostro de ella me hacía ruborizar. Mi corazón latía muy fuerte y por un momento me imaginé tocando su rostro y besando sus labios.

¿Que pasaba conmigo? ¿Había algo mal en mi?

Rápidamente fui a mi habitación y me encerré. Debía encontrar una respuesta a esto lo antes posible, pensé en alguien que pudiera ayudarme. La única persona que podía hacerlo era Morgan, así que salí corriendo de mi habitación y me dirigí a la suya.

Él dijo que cuando quisiera podía ir a su habitación y charlar. Creí que él, al haber estado más tiempo afuera, sabría sobre lo que mi corazón sentía.

Una vez estando al frente de la puerta la golpeé lentamente y después de un rato él la abrió —Moira— se sorprendió al verme ahí —¿Qué sucede?

—Yo no se lo que me pasa.

—Pasa y cuéntame tu problema— se removió de la entrada y me accedió el paso. —¿Y bien?— hablo él una vez estuve dentro de su habitación. —Cuéntamelo todo.

—Yo siento que estoy enloqueciendo, hay algo mal en mi.

—¿Por qué dices eso?— se sentó en su cama y me indicó que hiciera lo mismo.

—Cada que Victoria me mira o sonríe para mi mi corazón late fuertemente. Es inexplicable el sentimiento y es por eso que creo qué hay algo mal conmigo.

Él solo me miró por unos segundos,mi respuesta fue procesada rápidamente así que comenzó a reír —Eso, amiga mía, se conoce como enamoramiento.

—¿Y eso es malo?

—Para nada, pero yo no puedo ayudarte con eso, no entiendo mucho sobre el tema y soy un asco para eso.

—¿Por qué?

—Digamos que me enamore de alguien, pero esa persona no lleva buena relación conmigo.

—¿Que fue lo qué pasó?

—Cometí errores. Es algo del pasado, así que no hay que preocuparnos por eso— sonrió. —Ahora tenemos que ir con Eliza para que nos de un consejo.

Se puso de pie y salió de su habitación, luego salimos de la casa y caminamos por el jardín hasta llegar a una pequeña choza. Esta era hermosa, pero estaba bastante lejos de la casa.

—¿Qué hacemos aquí?

—Pues aquí vive Eliza— respondió abriendo la puerta de la pequeña casita.

—¿Por qué?— volví a preguntar.

—Estar cerca de otros mutantes no le hace bien.

Entramos a la casita, la cual solo tenía una habitación, un sofá y una cocina pequeña. Era bonita y acogedora.

—Morgan ¿Eres tu?— preguntó Eliza saliendo de la habitación.

—Si— se acercó a ella y le dio un abrazo. —Queremos tu ayuda— me miró y luego la miró a ella.

—¿Sobre que?— preguntó.

—Le gusta Victoria— susurró.

—Valla— Eliza abrió la boca. —Esa si que es una gran sorpresa— me miró —¿Qué opinas sobre tus sentimientos?

—Yo no lo sé. Me siento extraña— dije un poco apenada. Estos chicos lo veían normal, pero yo me sentía extraña al hablar sobre esto.

—Entonces dime ¿Que te gustaría hacer?— se acercó a mi. —Ella te gusta y puedes conquistarla para que tú le gustes a ella— pasó su brazo por sobre mi cuello —Imagínate tomando su mano o besando sus labios— estiró su otra mano y luego me miró —¿No es eso genial?

De tan solo imaginarlo me ruborice y es que era inevitable no hacerlo —No lo sé con claridad, pero me agradaría tomar su mano— la mire —Me agrada cuando me mira.

—Entonces ya está— me soltó y se paró frente a mi —haremos que tú y mi querida amiga Vicky salgan en una cita— sonrió —Haremos que ustedes dos sean una pareja. Es buena idea ¿Cierto?— miró a Morgan.

—Si, pero tenemos que planearlo muy bien.

—Eso déjamelo a mi. Mis técnicas de atracción son infalibles— nos tomó a los dos y nos hizo salir de su pequeña casa —Ahora déjenme planear todo y cuando lo haga les avisaré la fecha y el lugar— dicho eso cerró la puerta.

Mire a Morgan —¿Es seguro confiar en ella?— pregunte y él asintió.

—Por supuesto— comenzó a caminar —Ella es una experta en hacer que las cosas funcionen. Arreglo la cita de Olivia y Robert y míralos, ahora están en una relación.

—¿Qué es una cita?— pregunte ya que no lo sabía.

Él me miró y se detuvo —¿En serio no lo sabes?— pregunto y yo negué con la cabeza —Bueno, pues una cita es para conocer más acerca de la otra persona, para estar realmente segura de que Victoria te gusta necesitas salir en una cita con ella y conocerla más.

—Así que es eso— susurré.

Continuamos caminando hasta volver a la mansión, ahí se encontraba mi padre y cuando nos vio entrar nos invitó a la mesa ya que estábamos por comer.

Era increíble, no llevaba ni un día aquí y ya me había vuelto amiga de Morgan y podríamos decir que de Eliza también. Si esto seguía así podría ser amiga de Victoria también. Me gustaba la idea.

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