Capítulo XVIII

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"Saltan chispas
Corta la llama
Hasta que el blanco o el negro
Se convierta en cenizas"

...Flashback...

—¡Vuelvan aquí niñas malcriadas!

—¡Adora, corre más rapido!

—¡Voy lo más rápido que puedo!

Como siempre desde que se conocieron, la niña rubia y la niña de ojos bicolor otra vez se habían metido en problemas con los vendedores del mercado—al no tener dinero para alimentarse, robaban la comida y con eso sobrevivían a las calles de Etheria—.

Siguieron corriendo hasta donde sus pequeños pies les permitieron. Tomaron un pequeño descanso y siguieron hasta el callejón donde se conocieron por primera vez.

—Casi que no lo logramos— Decía una pequeña Catra con la voz agitada.

—Por poco— Adora tenía las manos en la rodillas tratando de recuperar el aliento.

Hubo un corto silencio donde ambas sonrieron traviesas y después comenzaron a reirse.

—¿¡Viste su cara!?

—¡Era muy graciosa!

Y así sigueron por días, semanas, meses y años. Hasta que la suerte no estuvo de su lado y fueron atrapadas por los Mercadores quienes terminaron entregandolas a los Hordianos para deshacerse de ellas.

—¡Nosotras no hicimos nada malo! ¡Déjanos ir!—Una furiosa Catra se resistía.

Ningún Soldado le prestó atención a su berrinche y las llevaron a la Horda, dónde fueron juzgadas por Shadow Weaver y Lord Hordak.

Aceptaron su realidad—después de todo era mejor que vivir en las calles—y con el tiempo se acostumbraron a esa vida. El amor que se sentían comenzó a florecer abriéndose paso a nuevas sensaciones y experiencias que las llevaron al inicio de esta historia.

...Fin del flashback...

—¡Mami! ¿Puedo salir a jugar con Frosta? ¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo?

Finn jalaba de su ropa a una Catra muy ocupada leyendo un libro que Perfuma le había regalado para pasar el rato—cosa que al inicio se le complicó, pues ella no sabía leer muy bien, pero con ayuda de Perfuma se fue acostumbrando—Cerró el libro y miró a su hija.

—Claro que sí, bichito. Solo si Netossa o Spinerella estarán supervisandolas. Sabes que a tu Mamá Adora y a mi no nos gusta que andes sola sin supervisión de alguien mayor.

Frosta era hija de Netossa y Spinerella, sus vecinas. Eran muy amables y aveces se ofrecían a cuidar a Finn mientras Adora y ella pasan un rato a solas.

—¿Qué es super...superivisión?

—Es supervisión y te lo explicaré luego.

Removió el cabello de su hija y le dio un beso en su cachetito.

—Ahora ve a jugar, te llamaré luego para que cenemos con Mamá Adora.

—¡Sí, mami!— salió corriendo como alma que lleva el diablo. Catra se reincorporó en su puesto con una sonrisa y continuó con su lectura.

•••

—¡Muévanse par de debiluchos, ese tronco no se caerá solo!

Una muy sudorosa Adora gritaba a sus pupilos—si podría decirse así— la vena en su frente sobresalía por el esfuerzo que hacía al gritar. Se limpió el sudor con un trapo y se acercó al estanque a tomar un poco de agua.

—¿Que hay Entren-Adora?—Bow se le acercó junto con Sea Hawk— con el tiempo Bow y Adora entablaron una agradable amistad, al contrario de Sea Hawk siendo el recién integrado que siempre encontraba la manera de molestarla...(En el buen sentido)

—¿El chiste viene a pie?—preguntó con burla.

—¡Oh, vamos! Admite que si estuvo bueno.

Adora rodó los ojos. Bow se estaba aguantando las ganas de reirse.

—No lo creo.

Siguieron hablando por un rato.—Bow le preguntaba como estaba la pequeña Finn y Sea Hawk aprovechó para soltar otro de sus chiste malos.— Todo estaba fluyendo con tanta normalidad que Adora tuvo un mal presentimiento.

Y pasó.

Las alarmas de emergencias comenzaron a sonar, el pánico invadió a todos.

Adora, Bow y Sea Hawk se miraron perplejos unos segundos, pero reaccionaron y salieron inmediatamente a ver que estaba pasando.

En el camino se encontraron a Glimmer dándole órdenes a los Guerreros encargados de la guardia.

—¡Glimmer!¿¡Que está sucediendo!?

—¡Son los Hordianos! Están atacando el Campamento.

La preocupación se apoderó de ella.

Tranquila, ellas están bien

—Bow, Sea Hawk. Los necesito aquí y que porfavor ayuden a calmar a los refugiados antes de que algo grave pase.—Los mencionados acataron las órdenes rápidamente—Adora, tu vendrás conmigo y los Guerreros para contener a los Soldados.

Ambas se pusieron en marcha y lograron llegar al campamento.

Gritos, llantos, olor a carne quemada y pólvora era lo que sus sentidos captaban.

—¡Santa Etheria! ¿¡Que pasó aquí!?

Glimmer se congeló en su lugar ante la imagen que se presentaba ante sus ojos. Varios soldados llevaban a la fuerza a los niños, jóvenes. La madres que enfrentaban a los Soldados tratando de recuperar a sus hijos eran fuertemente golpeadas. Los que resistían eran inmediatamente eliminados, algunos cadáveres de niños se podían vizualizar, pero hubo una imagen que hizo estremecer a Adora.

Una madre, con su hija, abrazadas en el suelo—muertas—cubiertas de sangre y polvo.

No sabía porqué, pero al comprobar que no era quiénes estaba pensando sintió un alivio inmenso que se convirtió en furia al instante.

—¡Ataquen!¡Ahora!

La rabia se apoderó de aquellas mujeres, estaban sedientas de venganza.

Todo se volvió una masacre, cadáveres por doquier. El olor a pólvora picaba en su nariz, los golpes que recibía palpitaban en su cuerpo, pero eso era lo de menos, no cuando se habían atrevido a secuestrar y lastimar a seres inocentes.

Cuando ya todo se creía terminado, cuando habían logrado contener a los Soldados, cuando habían vuelto al campamento principal para dar las lamentables noticias, llegó su amada— acompañada de sus vecinas y su hija Frosta—con una expresión de pánico en sus rostros. Adora temió lo peor.

—¿Catra?¿Estás bien?—Estaba entrando en crisis, Adora la tomó de los hombros intentando calmarla.—Cariño, ¿Donde está Finn?

Las lágrimas fluían de sus hermosos ojos y su corazón sentía quebrarse con cada sollozo.

—N-no la encuentro en ningún lado.

Y su mundo se derrumbó.

De nuevo.

¿Porque resuena el dolor, que no es más agradable que la felicidad?

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:'(

Voluble (Catradora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora