Capítulo XXIV

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"Pero mira cuán profunda yace la bala
Sin saber que te estoy destrozando
Y hay un trueno en nuestros corazones,
¿Tanto odio por los que amamos?
Dime, ambos importamos, ¿no?"



-¡Maldita sea!

Lanzó con fuerza el comunicador provocando que este se rompa en pedazos. Por suerte no era la única que llevaba uno.

Bow al verla se le acercó para saber que pasaba.

-¿Puedo saber que te dijo?

-Finn no estaba con los otros niños- Respondió entredientes.

-Pero...¿Cómo?

-¡Ah! ¡No lo sé! ¿Como es que...?

-¿Enserio te lo preguntas, rubia?- intervino la peliazul- No hay que ser muy inteligentes para darse cuenta... o sea, mírate - Apuntó hacia Adora, esta se miró a sí misma tratando de entender a que se refería - a tí y a Catra. Esa niña es la viva imagen de ustedes dos, incluso tiene tus ojos.

Bueno, eso era cierto.

Pero algo no encajaba.

-Sigamos con el plan y dejemos de perder tiempo.

-Como digas- Rodó los ojos con fastidio.

Bow se posicionó al lado de Adora, Mermista en la retaguardia y siguieron adelante hasta llegar hacia aquellos pasillos que conducían a la "Guarida" de Lord Hordak.

-No bajen la guardia.

Al entrar, una silueta oscura se divisaba en lo alto de un trono.

Allí estaba él.

Sintiéndose imponente, poderoso e inalcanzable.

Adora le apuntó con la espada con decisión y dijo:

-Tu gobierno ha terminado, Hordak. Ríndete.

Él ni siquiera se inmutó, al contrario, sonrió como si la situación fuera de los más divertida.-Para él todo esto era un juego- se levantó lentamente con las manos atrás de su espalda, señaló hacia la puerta, pero Adora no le quitaba la mirada de encima.

Fue entonces que un estruendo atrás de ella la hizo reaccionar, cuando se dio cuenta los cuerpos de Mermista y Bow habian caído al suelo.

Aún quedaban soldados con vida.

Antes de que se le abalanzaran, con su espada les contó el cuello sin pensarlo dos veces. Se miró a través de la espada, gotas de sangre de los soldados le había salpicado encima. No le prestó atención a eso y se dirigió hacia Hordak.

-¿Creíste que con eso ibas a detenerme?

-Por supuesto que no- chasqueo sus dedos- Pero tal vez esto lo haga.

Si pudiera describir con palabras lo que sintió en ese momento...

Octavia hizo acto de presencia, llevaba a su hija consigo, amordazada. Sus ojitos aguados reflejaba el terror en ellos, en su piel se veían marcas de las cuerdas que la lastimaban, pero la gota que derramó el vaso fue cuando dirigió su vista a su Mamá, sus gritos ahogados pidiendo auxilio le hizo hervir la sangre.

-¡Maldito, me las vas a pagar!

Se lanzó dispuesta a arrebatar a su hija de las asquerosas manos de Octavia, pero la voz de Hordak la hizo detenerse.

-Si das otro paso, ten por seguro que nunca más la volverás a ver.-Sólo era ella y su espada, contra Octavia quien estaba armada ¿Que podría hacer? Un paso en falso y la vida de su hija sería arrebatada frente a sus ojos- Ahora suelta esa espada y las manos donde pueda verlas.

Voluble (Catradora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora