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Fiorella

Estaba más que feliz, aun no sabia como es que no me había dado cuenta que el amigo de mi hermano era el coronel Dominck.

Quizá se debía a que las veces que lo había visto fueron bajo presión de mi hermano, incluso ayer,que Samuel  me invito a quedarme con ellos, no tuve la oportunidad de mirarlo.

Estaba en la sala de mi hermano cuando escuche que la puerta bruscamente.

-Samuel cálmate, estas exagerando las cosas- oí que dijo Sara.

-No la quiero aquí. 

Lo siguiente que vi fue a Samuel, su mandíbula se tenso al verme sentada en su sillón, estaba muy molesto, podía notarlo.


-Explícame qué hacías en la central- me puse de pie.


-Sabes la respuesta, Samuel, dijiste que no me ayudarías, fui yo misma.


-¿Y te aceptaron?- solo asentí.-  No entiendo como puedes ser así.


-¿Así cómo?- pregunte.


- Siempre buscas la manera de joderle la vida a los demás, y ahora lo estas haciendo conmigo.


-¿Es en serio?- me puse de pie.- ¿Crees que estoy haciendo todo esto solo para joderte?


-Lo estas haciendo ahora mismo- se puso enfrente mio.



-No todo gira a tu alrededor, Samuel. No estoy aquí por ti.


Era cierto, aun que pensé que seria mas fácil al estar Samuel aquí no era la razón por la que había venido a Michigan. Huía de mi pasado, si. Y no estoy hablando de Caleb. 


-¡¿Entonces, por qué Michigan?! ¡¿Por qué no te quedaste en Londres?- su molestia había aumentado.


-¡Porque no quería hacerlo! 


- ¡¿Por qué no te quedaste con el imbécil de Caleb?!¡¿Por qué justo ahora decidiste dejarlo?! 



-Samuel, basta- hablo Sara por primera vez. 


Estaba muy molesto, sabia que iba a decir muchas cosas relacionadas.



-Estas enojado, Samuel, no hablare de esto contigo... no ahora. 


-Esta es mi casa, yo quiero hablarlo ahorita- lo ignore, di vuelta para caminar hacia las habitaciones.- Eres una cobarde. 


Al escuchar eso me detuve, mis ojos se cristalizaron. No es la primera vez que me lo dice, de hecho, no es la única que persona que me lo ha dicho. 


-No lo soy- dije sin voltear a verlo.



-Lo eres, nunca fuiste capaz de dejarlo.



-¡No sabes nada! ¡No tienes derecho a juzgarme!- volte a mirarlo, mis lagrimas bajaban por mis mejillas. Me lleve una gran sorpresa al ver que sus ojos estaban cristalizados. Sara no estaba por ningún lado, no recuerdo haberla visto pasar hacia las habitaciones, así que supongo que estaba en la cocina o había salido de la casa.



-¡No se nada porque tu así lo quisiste!¡Quería ayudarte, Fiorella y tu preferiste quedarte con él que estar con tu familia!


-¿Familia? ¡Nunca he estado en una familia! ¡No seas hipócrita, nunca hemos sido una familia! ¡He tenido que vivir con tu odio, no he hecho nada malo, lo único que hecho es intentar agradarte!


-Por supuesto, y por eso de largaste con Caleb.



-Lo hice porque él me daba atención, era el lugar seguro que siempre busque en la familia, y que ustedes me negaron.


No quería hablar más, gire para continuar con mi camino de hace unos minutos.


-Huye como siempre. 


Toda mi vida he huido.


-Solo arruinas todo. 


Fue lo ultimo que escuche, volte y ya no estaba. 














Un sueño rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora