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Fiorella

Un ruido hace que habrá los ojos rápidamente, tardo unos segundos en acostumbrarme a la luz que entra por la ventana. Cuando los tuve abiertos, me di cuenta que la habitación donde me encontraba no era la habitación donde me quedaba en la casa de Samuel.  

Inmediatamente me senté en la cama, llevándome la sorpresa de que me encontraba desnuda, me cubría una sabana blanca. Estaba confundida, no tenia ni la menor idea de lo que había pasado, no sabia como había llegado aquí. Y lo peor, no sabia quien era la persona que dormía a mi lado. 

Decido ponerme de pie, envolviendo mi cuerpo con la sabana, me dirigí a una puerta, la que supuse que seria el baño, antes de entrar tome mi ropa que estaba regada por la habitación y entre al baño. 

Me mire en el espejo que estaba frente al lava manos, estaba horrible, el maquillaje corrido,  tenia marcas en el cuello, no quiero ni saber el porqué.  Me puse mi ropa, y lave mi cara, tratando de quitar todo el maquillaje.

Salí esperando que la persona con la que amanecí aun no haya despertado, y afortunadamente, así fue, seguía dormido. Salí de habitación sin hacer mucho ruido, no preste atención a mi alrededor, lo único que quiera, era salir de este lugar. Y justo cuando estaba por abrir la puerta, vi algo que jamas desee ver.

En un pequeño mueble que estaba a nos metros de la puerta se encontraban varios cuadros de decoración,  uno de ellos era una foto con varias personas, una de ellas mi hermano. 

Dominick.

Quien aparecía en todas las fotos era Dominik, el amigo de mi hermano.

Sentí una ansiedad horrible que, lo primero que se me ocurrió fue salir de ese lugar. No hay que ser genio para saber que el departamento es de él, y la persona que estaba a lado mío cuando desperté, era él.

La desesperación aumento, no recordaba absolutamente nada, no sabía cómo había llegado aquí.
Al salir del edificio tome un taxi, necesitaba llegar cuanto antes a la casa de Samuel. Solo esperaba que aún no haya despertado.

Después de varios minutos, llegué.

Entre a la casa, había un total silencio, eso era bueno. Me dirigí a la habitación, entré al baño, me metí a la regadera por varios minutos.
Un sentimiento raro entro en mi, y si darme cuanta las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Sentía una enorme tristeza.

Salí y me puse una bata, me mire en el espejo de cuerpo completo que esta en la habitación.

—¿Vamos a mi casa?

—¿Para que?

Se acercó a mi odio y murmuró algo que me hizo sonreír.

Estaba completamente ebria, no sabía muy bien lo que hacía.

Asentí. Tomo mi mano y salimos del lugar.

El cuerdo de anoche invade mi mente.
Para bien o para mal, es lo unico que recuerdo.

Mierda.

Recordé las palabras de Samuel.

—No te quiero cerca de él.

Carajo, en que me había metido.

Lo mejor será tomar distancia con Dominick.

Un sueño rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora