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Fiorella

Despertar a las cinco de la mañana se había vuelto mi rutina la última semana, y por lo visto, sería mucho tiempo más.

No había sido buena para madrugar, y menos si solo dormí cuatro horas. Por más que quise, fue inevitable pensar en él.

Una vez lista, salí de los dormitorios, no tenía muchos ánimos ya que hoy tendría una práctica de armas.

¿Me interesaba? Claro que no.

¿Era obligatorio? Claro que sí.

Llegué a la sala de tecnología, y como la semana anterior, Antonio ya se encontraba aquí.

-Buenos días-dijo con una sonrisa.

-Quisera tener tu actitud siempre.

-Te vez terrible, ¿no dormiste?- me miraba fijamente. Negué con la cabeza.

-Solo no fue una buena noche-le sonreí.
Aún me miraba, era raro.

-¿Estás lista para tu primer clase de tiro?- sonrió.

-Sinceramente no- respondí.

Me acerqué a él, y me dispuse a trabajar.

La práctica no fue gran cosa, nos explicaron lo básico, cómo tomar el arma, cómo caminar con ella.
Por suerte solo fue teoría, no tuve que hacer nada de eso, no me agrada la idea de tirarme en el pasto y ensuciar mi ropa.

La hora del almuerzo llegó, me dirigí al comedor esperando encontrar a mi hermano . Lo mire desde la entrada, estaba con Sara, y sus amigos, entre ellos Dominick.

No quería verlo. Me dí la vuelta con la intención de salir hasta que escuché mi nombre.

Era Samuel, voltee y ví que me llamaba con la mano. Sin muchas opciones me acerqué en la mesa donde estaban. Me senté a lado de Samuel.

-Hola- salude a todos.

-¿Cómo va tu entrenamiento de Sargento?- me pregunto Luisa.

-Es mucho más complejo de lo que pensé- rieron, para mí no era gracioso.

-Tienes mala cara- me dijo Samuel, era obvio, tenía unas enormes ojeras debajo de mis ojos.

-No pude dormir- me limité a responder.

No hable más, solo escuchaba la plática de mi hermano y sus amigos. Dominick ni siquiera volteó a verme.

Era tan confuso.

Y lo admito, también era doloroso.

Semanas después.

El horario laboral había acabado, estaba muy cansada, había corrido mucho, y se me olvidó mencionar que no tengo condición física.

Dominick me busco ese día después del almuerzo, su escusa fue que había estado ocupado y que no pudo avisarme. Le dije que no había problema, que todo estaba bien.

Pero, ¿realmente todo estaba bien? claro que no. Había aceptado una "relacion" a escondidas. Dijo que mi hermano no se podría enterar. Y en eso estaba de acuerdo, Samuel no me quería cerca de Dominick, y al parecer le dijo lo mismo a él.

Mi relación con Samuel ha mejorado mucho. He salido un par de veces con él, o con Sara y sus amigas.
Sentía que mi vida iba mejorando, me gustaba mi nueva vida.

Por un momento pensé que iba a ser más difícil, o imposible.
Sentía que ya lo tenía todo, pero realmente no tenía nada. Nada era real, nada era sincero.

Un sueño rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora