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Fiorella 

Estaba muy nerviosa, me encontraba en la central, el el área de administración para ser mas exactos. De alguna manera tenia que reincorporarme,  Samuel quiere que me vaya de su casa y no lo culpo, no tengo derecho  para pedirle algo. 

-¿Rango?- me pregunto la persona que estaba justo enfrente mio, era muy amable, pero mis nervios no eran de mucha ayuda.

-Sargento- respondí lo más segura posible. 

-Aquí dice que te alistaste en Londres, estuviste dieciocho meses y  lo dejaste, ¿puedo saber la  razón?


-Temas de salud- fue la primera excusa que vino a mi mente.

-No hay nada de eso en tu expediente- no respondí nada.- No estoy segura que puedas reincorporarte aquí, deberías intentarlo en Londres. 

Con eso supe que había sido uno rotundo NO.

-Claro, gracias- me brindo una pequeña sonrisa, salí de la oficina y camine hacia la salida.

Debía buscar una solución, debo marcharme de la casa de Samuel, y volver a Londres no es una opción.  No quiero hacerlo, porque seria darle la razón a Caleb, quiero demostrarle que se equivoca, que no lo necesito para estar bien.

Camine por un pasillo grande, cuando siento que choque con un cuerpo mas grande que él mio, alce la cabeza, me sorprendí al verlo aquí. Me sonrió y yo también lo hice.  

Era el amigo de Samuel.

-Hola- dijo aun sonriendo. 

-Hola- respondí, podía sentir como la sangre se iba a mis mejillas.

-¿Qué haces aquí?¿Buscas a Samuel?

-No... no sabia que trabajabas aquí.

Él sonrió, tenia una sonrisa muy bonita.

-Aquí nos conocimos todos.

Genial, me acabado de enterar que todos los amigos de mi hermano trabajan con él, quizá por eso no quiere que me quede aquí, él ya ha construido una vida, y me ve como un intruso.

Él  rió al ver mi cara de sorpresa.

-No me has dicho que haces aquí.

-Oh, vine a ver si había una posibilidad de que me incorporara aquí- lo mire.

-No sabia que eras un soldado. 

-Lo soy, entre a los quince, pero lo deje.

-¿Por qué?- pregunto curioso, baje la mirada, no me gustaba hablar de ese tema, y por lo visto él lo noto.- ¿qué rango eres?.

-Sargento, tuve un buen desempeño.- extendí la carpeta en donde se encontraba todo mi información de la ACI. Lo tomo y miro todo mi expediente.

-Y dime, ¿por qué Michigan y no Londres?- me miro.


-Londres no es nada a lado de Michigan, es la mejor central, ha tenido muchas misiones a cargo del coronel Dominick.- hable con entusiasmo, independientemente de las razones de las que huyo de Europa, Michigan es una de las mejores centrales del mundo, me había tomado el tiempo de investigar.

Su risa hizo que lo mirara, no entendía, ¿se reía de mi?

Lo mire con el ceño fruncido.  Y fue que mi cerebro reacciono. Él era el coronel Dominck.

Carajo, cómo no me di cuenta que era el, lo vi muchas veces en la casa de Samuel.

-Eres tu, perdón usted.

-Y dime Fiorella, ¿qué harás para celebrar tu regreso a la ACI?

-¡¿Es en serio?!


-Por supuesto- me sonrió. 

-Pero... me acaban de decir que no, en administración.

-Tranquila, yo me hago cargo... Bienvenida.

En mi cuerpo no cabía la emoción, estaba de regreso. La emoción era tan grande que me fue imposible no abrazarlo, pero la sorpresa fue que él me devolvió el abrazo.

Su perfume llego a mis fosas nasales, olía bastante bien.  

Te gusta. 

Imposible, no.

Un carraspeo me obligo a alejarme de él.

Mire al responsable, era mi hermano, esta serio.

-¿Qué haces aquí?- me pregunto.

-Ya me iba- sin decir nada me gire para caminar hacia la salida.

Aun podía escuchar la voz de mi hermano.

-¿Por qué estaban abrazados?

No oí respuesta, así que gire, no había nadie.

Con emociones encontradas me fui a la casa de Samuel.

Un sueño rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora