Julian Brandt
La levanté y la llevé a la cama que ella había vuelto a hacer en algún momento, la tumbé y le abrí las piernas elevándolas, teniendo su coño y su trasero delante, seguí lamiéndola y a rotaba tratar de respirar pausadamente, lo mejor de mi dia era el sexo matutino sin duda.Bajé de nuevo a su trasero y ella se movía, gimiendo. Empecé a empujar la lengua poco a poco, mojándola y notándola ceder, muy poco, pero ceder hasta meterla un poco más y más.
Me arrodillé ante ella y apunté su coño de nuevo, Con las manos agarré la parte trasera de sus rodillas llevándolas hasta el colchón, completamente abierta y elevada cuando empecé a empujar para meterme dentro, con dificultad, pero tan agradable y caliente. En seguida podía entrar y salir y ella volvía a gemir acelerada. Solté sus piernas para agarrar esas tetas perfectas, masajeando sus pezones, pellizcando. Gimió y empezó a pedir más.
Aprete pellizqué sus tetas con fuerza sin parar de bombearme dentro de ella hasta que volvió a correrse casi sin voz. Me tumbé a su lado, empezaba a notar el cansancio también y me tenía a punto de explotar.
Me giré y la hice girarse, dándome la espalda, me coloqué para volver a entrar, tumbados de lado. Que cerrada volvía a estar, mmm... Si, joder. Follamos así un par de minutos más hasta que no pude más y me corri dentro de ella , nuestros fluidos se encontraron y ambos nos quedamos recuperándonos, aún si sacársela de dentro.
—Uf, así sí. Da gusto despertarse todas las mañanas —dijo sonriendo mientras acariciaba mi pecho.Yo también sonreí, acariciando su cabello con lentitud y amor.
—Yo todavía estoy para cuatro rondas más —reí, y ella me miró con los ojos bien abiertos.
—Estás loco. Además, no quiero que te canses tanto, hoy tienes un partido importante.
Suspiré y la abracé con fuerza.
—Estoy seguro de que hoy ganamos —dije sonriendo mientras ella me daba besos en todo el rostro.