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Narra __(tn):
Como lo pensé, allí estaba, corriendo a buscar agua para mi amiga que casi se atraganta con las palomitas.
—¿Es una broma? — preguntó luego de digerir el agua. Negué con la cabeza—. ¿Qué me estás contando, __(tn)? —dijo aún en shock.
Suspiré frustrada, acostándome en el sofá.
—Lo sé. Y es peor de lo que suena. Cuando me enteré al principio, me quedé en shock. Luego lo pensé y me convencí a mí misma de que no sería tan malo como sonaba. Hasta que la semana pasada lo conocí. ¡Agh! Te juro, Valery, que es insoportable, es la persona más arrogante que he conocido —aseguré.
Ella me fulminó con la mirada.
—¿O sea que esto fue hace unas semanas y yo recién ahora me vengo a enterar? —respondió fastidiada.
Rodé los ojos.
—Nuestros managers nos hicieron firmar un contrato de confidencialidad. Que yo te esté contando esto ahora ya me pone en una situación comprometedora —suspiré, aún mirando al techo.
Valery frunció el ceño, pensando en algo.
—Tengo una duda: ¿esto en qué beneficiaría a Kylian? Digo, el tipo de por sí ya es muy famoso y juega al fútbol como un animal; casi les gana el Mundial a Argentina él solo, sin ayuda de su equipo.
Apoyé mi rostro sobre mis manos, pensativa. Esa era una pregunta que me había hecho desde el momento en el que me enteré.
—No tengo idea, amiga, pero créeme que también me interesa saberlo —dije pensativa.
—¡Digo... no será que le gustas y se ha armado todo esto, la tortuguita, para conquistarte? —preguntó, pícara.
Solté una carcajada. Eso lo dice porque no escuchó todo el ninguneo que recibí el día que nos conocimos. Además, yo era todo menos ilusa para creer que le gustaba, pensé.
- Deja de decir tonterías Valery. Ese hombre solo tiene para ofrecerme su odio. Me odia, yo lo odio. ¡Nos odiamos mutuamente! y creo que es lo único que tendremos en común.- me sincere.
—De todas formas , no creo que sea tan malo como lo pintas.
La miré como si hubiese dicho la cosa más horrible de todas.
—¡No es malo! Es peor que malo. Ese capullo me ninguneó. ¿Puedes creer el ego que maneja ese imbécil? Fue imposible hablar, solo piensa en él. Y lo peor es que apenas arrancamos la conversación y empezó a decirme qué puedo y qué no puedo hacer cuando esté con él. ¡Maldito idiota!