Capítulo 7

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Las decisiones más difíciles son aquellas que deben tomarse en soledad, las que sabes que de una forma u otra afectaran a tu entorno, pero era algo que debía hacer. Fingir que estaba enamorado de alguien que no era Volkov, suponía para Horacio, una tarea casi imposible de lograr, sin embargo, colocaría todo su empeño en ello.

Se encontraba en la penumbra, iluminado apenas por la luz que ingresaba desde el exterior y la pantalla de su teléfono, en la cual figuraba el contacto que tenía guardado desde hacía dos días. En su conversación con Gustabo, este se había explayado en mostrarle las características de esa persona, su profesión, su edad, sus gustos y lo que quería a cambio, que a decir verdad, no le parecía tan loco, muchos hubiesen pedido dinero, mas del que jugador podía darle, Chris Collins pedía exposición.

Le resultaba curioso, no creía haber conocido a alguien así en su vida, por lo que su amigo le comentase, resultaba ser una persona que, según él, era "bastante seguro de sí mismo" y si tenía que ser sincero, era lo suficientemente atractivo para mirarlo más de una vez, al menos en las fotos que tuvo la oportunidad de ver.

Contempló por un tiempo más su móvil hasta que lo tomó y escribió un simple mensaje que esperaba el remitente entendiera.

Horacio: Hola soy Horacio, Gustabo ha hablado contigo sobre el acuerdo para que finjamos ser pareja.

Soltó el móvil como si de algún tipo de bomba se tratara y se incorporó, yendo hacia la ventana, donde observó las calles vacías hasta que la vibración, junto con el sonido de un mensaje entrante, le hizo volver a la mesada.

Chis Collins: Hola Horacio, bien, pensé que se habían echado para atrás en el acuerdo, ¿Cuándo te apetece quedar? Mañana mismo estoy disponible.

Horacio leyó y releyó el mensaje, sopesando si responder o no de forma afirmativa, el día siguiente luego de la práctica, la cual se realizaba en la mañana y parte de la tarde, no tendría mucho que hacer, igualmente no estaba del todo seguro, si se encontraban muy probablemente la prensa se encontrara allí, después de todo esa era la finalidad de su encuentro, pero lo que le provocaba ansiedad era que tendría partido un día después, lo que suponía que todas las miradas estarían en él y las criticas también. Después de lo que había sucedido en Ajaccio, temía la reacción de la hinchada y los comentarios de la prensa.

Respiró hondo, debía hacerlo en ese momento, no estaba seguro de luego tener la valentía suficiente, la prensa ya estaba sobre él de todos modos, quizás serían más insistentes que de costumbre para sacarle algo de información, pero nada lograría sorprenderle a esa altura y esperaba poder realizar goles, para que al menos así, su hinchada supiera que seguía siendo la misma persona a la cual meses atrás vitoreaban.

Su mirada se tornó seria mientras volvía a escribir en el aparato, tenía que comenzar a avanzar y esta era la forma de hacerlo.

Horacio: Mañana está bien ¿a qué hora te apetece quedar?

Tras un par de mensajes más, el moreno dio por finalizado aquel intento de charla, dirigiéndose a su habitación con intenciones de al menos conciliar el sueño por unas horas.

El lugar que habían elegido para su primer encuentro, era lo bastante público para que algunos paparazzi lograran tomar fotos de ellos dos juntos y lo bastante tranquilo como para que no se tornara en un circo.

Horacio llegó al lugar media hora antes de lo previsto, durante el entrenamiento, su mente no dejaba de pensar en aquel encuentro, varias preguntas se agolpaban en su cabeza ¿sería eso suficiente? ¿Estaría haciendo bien? Pero ya no había vuelta atrás.

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