Capítulo 13

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Diciembre, la época del año en la que muchas personas se dedican a caminar por las calles repletas de adornos, en cada tienda, en cada casa, se puede ver ese espíritu tan característico en el cual las personas dejan a la vista sus más extravagantes ideas. Si, Francia se toma muy en serio esta celebración y lo demuestra de la mejor forma que sabe, decorando cada rincón y realizando varias festividades antes del día esperado.

Para Volkov, esta época del año puede resumirse en una sola palabra, soledad, mientras camina por las calles nevadas observando a las parejas, las familias y el sin fin de tiendas que se extienden por la avenida, se siente más solo que nunca. La nostalgia que tiene en ese momento es mayor a la melancolía que tuvo que soportar los años siguientes a la muerte de su hermana.

La navidad no es una fecha que le entusiasme, a pesar de que se vea envuelto en la celebración occidental desde que puso un pie en Europa, no pensaba en celebrarlo y para él era un día más, al menos hasta que Horacio llegó a su vida. El moreno estaba particularmente entusiasmado en esas épocas, Volkov recordaba que le miraba ir de un lado al otro mientras ambos compartían una taza de chocolate caliente en su cocina, y una sonrisa aparecía en su rostro sin ningún esfuerzo.

- ¿De qué te ríes? – le preguntaba, Horacio llevaba las manoplas para sacar la comida del horno.

- De nada, es solo que te vez muy tierno cuando parece que estas a punto de enloquecer.

- Muy gracioso. Ven ayúdame.

El recuerdo se esfumó como si nunca se hubiese hecho presente, esa había sido la navidad que más disfrutó en su vida, a pesar de que solo eran ellos dos, era todo lo que podía querer un día como ese.

Caminó un poco más tapando lo mejor posible su rostro, no solo porque el frío se hacía sentir esos días, sino porque la posibilidad de que alguien lo reconociese siempre estaba presente.

Los últimos partidos habían terminado hacía cuatro días, sin embargo, a pesar de tener la posibilidad de volver a Rusia, pues estos no se retomaban hasta el diez de enero, decidió mantenerse en el que hasta el momento era su hogar, un hogar que cada vez sentía más lejano y con el eco constante de que allí no le quedaban más que unos meses. Sabía que pasar navidades en esa ciudad teniendo la posibilidad de volver a Rusia y estar con Nikolai, a pesar de que allí no se celebrara la festividad ese día, era mejor que encontrarse rodeado de extraños.

No lo había hecho por una simple razón, necesitaba aclarar su mente, durante los días después de su amistoso no había puesto a Greco en conocimiento de su decisión, sabía que tener a su representante en vilo era marcar una posible cancelación de las negociaciones, sin embargo, necesitaba antes ganarse ese derecho, y lo haría mostrando su forma de juego, no solo porque debía demostrar que se merecía el puesto que le ofrecerían, sino porque estaba en la necesidad de retribuirle a Horacio de alguna forma lo que había hecho.

Ese último mes se centró en el fútbol, entrenamientos que rozaban lo obsesivo, partidos donde sacaba su máximo desempeño, horas y horas viendo las jugadas de los contrincantes. Todo aquello era una cortina con la que se empeñaba en ocultar todo aquello que por dentro aún no podía resolver, todo aquello que resurgía cuando los ojos de Horacio le miraban en los vestuarios con preocupación, como el cosquilleo en su brazo cuando el delantero le había tomado suavemente preguntándole si estaba bien y él había asentido, incapaz de permitir que su boca dijera una mentira más.

Las noticias de Horacio con el modelo continuaron saliendo, incluso esa misma mañana una fotografía de ellos desayunando estaba en los portales, eran la novedad, un futbolista abiertamente bisexual que aún se mantenía en el futbol profesional a pesar de todos los ataques que había recibido no era algo que se viera todos los días. Cuando las noticias comenzaron a circular más allá del mundo del fútbol el delantero había tenido demasiado apoyo como para que se hiciera algo en su contra, eso al menos era positivo, pero no todo se había solucionado. Dentro del campo los actos de mala fe camuflados en ataques defensivos estaban siempre presentes.

Fuera de juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora