Capítulo 25

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A una semana le sucedió la otra, el incidente protagonizado por Horacio recorrió todos los ámbitos, desde canales deportivos que mencionaban como el delantero estaría cinco semanas de baja por lesiones que, aunque no eran de gravedad, dificultaban su presencia en la cancha sin hacer hincapié en el motivo de su accidente, hasta páginas sensacionalistas que recalcaban la discriminación vivida dentro del fútbol por cuestiones de sexualidad o género.

Estas últimas eran las que más circulaban por las redes, comentarios que recriminaban el mal proceder de los directivos y las asociaciones vinculadas a los entes deportivos, el silencio casi ensordecedor por parte de estos ante tales actos, y que los torneos continuaran como si nada hubiera pasado, llevaban a una horda de internautas a manifestarse con comentarios y reclamos en las páginas referentes al deporte e incluso los clubes.

Algunas personas con alcance mediático manifestaron su descontento a la situación, recalcando que aquel "accidente" había sido una acto de odio y no podía tomarse a la ligera cuando la integridad física de una persona podría estar en peligro.

En cuanto a Horacio, se mantuvo al margen, su situación personal ya era lo bastante caótica como para inmiscuirse en debates mediáticos que lo único que lograban era alimentar el morbo de las personas. Prefería mantenerse alejado de toda noticia o comentario respecto a lo sucedido y solo se limitaba a mirar algún programa que pudiese distraerlo o los partidos en los cuales no estaba participando.

Después de la conversación con Cris el modelo había limitado sus visitas y optado por enviarle mensajes para cerciorarse de su condición. El delantero así lo prefería, no podía ver al rubio a los ojos sin sentir culpa por sus malas acciones, se había equivocado tanto con él.

Gustabo, por el contrario, lo visitaba todos los días, mientras estaba allí recibía llamada tras llamada, el club, los periodistas, su familia, todos querían saber de él, pero el moreno no estaba de ánimos para responder su propio teléfono más allá de lo necesario, incluso cuando Maia le llamó de forma insistente decidió ignorarla, agradecía que precisamente en el momento del accidente su hermana estuviese en un viaje de negocios y que su padre fuese los suficientemente orgulloso y retrogrado como para no visitar a su hijo bisexual en un hospital a quien atacaron por hacer algunas fotografías para una revista. Seguramente estaría pensando que se lo había buscado.

Al igual que su amigo, Volkov había estado allí la mayoría de los días hasta que le dieron el alta, a veces iba solo, otras era acompañado por parte del equipo, quienes también estaban preocupados por él. No sabía cómo sentirse al respecto, era consciente de que el amor hacia el ruso seguía latiendo en su interior, sin embargo, entre ellos había un gran océano, caudaloso y profundo, imposible de atravesar con unas simples brazadas. Ambos lo sabían, no importaba que Cris ya no formara parte de la ecuación, esta se había vuelto tan difícil, que resolverla era casi imposible.

Las veces que Volkov iba solo simplemente se mantenía allí, sin saber bien que decir a pesar de que tenían muchos asuntos que zanjar. Ninguno de los dos quería dar el primer paso, quizás aquel no era el momento, probablemente debían esperar a que todo se tranquilizara, pero no tenían mucho tiempo para hacerlo, aunque Horacio aún no estaba al tanto, el ruso se iría en dos meses a Italia y todo intento de reconciliación podría quedar olvidado.

Así pasó el mes, Volkov se encontraba en su casa, el entrenamiento había sido pesado y la falta de sueño de los últimos días le pasaba factura, estaban cada vez más cerca de comenzar con el torneo, eso significaba que su tiempo estaba acabando, en pocos días se sabría de su traslado pues los clubes debían concretar el contrato.

— Estas en otro planeta — la voz de Greco le sacó de sus pensamientos. Su amigo había ido de visita con la excusa de aclarar algunos asuntos antes de tener que viajar a Italia, no obstante, él sabía que le estaba cuidando a su manera, siempre lo había hecho.

Fuera de juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora