Capítulo 2

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- Necesito hablar contigo – su voz salió quizás más temblorosa de lo que pensaba, pero estar allí, sabiendo que en cualquier momento alguien podría verlo y notar como Volkov simplemente fijaba sus ojos fríos hacia él era demasiado para soportar.

- No hay nada de qué hablar – pronunció cerrando su taquilla y tomando el bolso para salir del lugar.

Estaban solos, su último compañero se había retirado algunos minutos atrás, no sin antes depositar su mirada sobre ellos, la misma que varios le otorgaron durante el día.

A pesar de que no todos se pronunciaron ante la situación, su cara dejaba ver más que cualquier palabra que pudieran pronunciar, una mescla entre asombro y desprecio. No podía negar que aquello le dolía, eran los mismos compañeros con quienes días atrás estaba festejando una victoria mientras se abrazaban, saltaban y cantaban.

- El mister me pidió que fuera a su oficina – aquellas simples palabras provocaron que el andar del ruso se detuviera, girando sobre sus pies.

- ¿Qué vas a decirle? – Horacio podía leer el pánico en las palabras del contrario, sus ojos se posaran sobre él y por un momento pudo ver el miedo en ellos.

- Creo que esto no es algo que deberíamos hablar en el vestuario ¿no te parece? – expresó sabiendo que Volkov pensaría lo mismo.

- Vamos – habló caminando nuevamente y abriendo la puerta para desaparecer tras ella.

Volkov salió del lugar comenzando a caminar por el pasillo, sin siquiera esperaó que Horacio le siguiera. Su mente era un mar de pensamientos destructivos, en ese momento se sentía expuesto, más de lo que lo había estado en algún momento, y no le gustaba.

Desde la mañana su mente se bloqueaba, intentaba ver una y otra vez el motivo de su error, ¿Dónde se había equivocado? Y siempre tenía la misma respuesta.

Horacio.

No era su intención culpar a su compañero, a la persona que tantas noches le juro amor, probablemente era bastante egoísta hacerlo, pero no tenía otra alternativa. Aceptar aquello de lo que las personas hablaban era un suicidio deportivo asegurado y no estaba dispuesto a abandonar su carrera y todo por lo que había luchado.

No estaba dispuesto a dejar ir su sueño.

- Lo negaré – expresó apenas llegó a su destino, sus ojos se posaron en el césped totalmente verde, no se atrevió a mirar a Horacio, no pudo ver sus ojos dolidos llenos de lágrimas, ni la sonrisa de entendimiento que le otorgaba – negaré esa foto y tu harás lo mismo, no vamos a sacrificar nuestras carreras por esto.

Para Horacio estaba clara la posición de su ahora ex pareja, porque no necesitaba hacer esa pregunta para saber que Viktor no se arriesgaría nuevamente. Sin embargo, había algo que no podía permitir, ni siquiera a la persona que mas amaba.

- Tu no decides por mi Volkov – se obligó a ser firme, a pesar de no estar completamente seguro de lo que haría, aquella decisión le competía solo a él – pero no te preocupes, si tanto quieres que no se te vincule en la foto, si tanto quieres negar que entre nosotros hubo algo, buscaré la forma de hacerte salir de esto bien parado - habló con seguridad, a pesar de sentir que todo en él vacilaba.

Horacio no quiso escuchar más, su corazón dolía, ¿Dónde estaba el amor que se profesaban?

Decepcionado, quizás esa era la palabra adecuada para describir lo que en ese momento sentía.

No podía culpar a Volkov por querer protegerse, ambos sabían lo que la foto implicaba, aquel deporte no tenía lugar para las personas como ellos, vivían en un mundo donde todos podían opinar sobre sus vidas, todos, menos ellos mismos.

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