La habitación estaba en completo silencio, Horacio llevaba un rato despierto, pero aún no se había levantado. Sus ojos contemplaban el rostro dormido de Cris a su lado, observaba sus pestañas, largas y elegantes, los mechones de cabello que caían sobre su frente, los labios entreabiertos y ligeramente hinchados, la pequeña marca en su cuello, resultado de la noche anterior, su pecho desnudo que subía y bajaba con tranquilidad y sus manos, que por alguna razón, estaban entrelazadas, como si en algún momento de la noche se hubiesen buscado en sueños.
El moreno observaba en silencio todas aquellas cosas mientras pensaba en la seguridad que le brindaba el rubio, procurando tocarlo con delicadeza cada vez que estaban juntos, como si se tratara de un objeto valioso. Se suponía que debía sentirse dichoso por aquello, por haber encontrado a alguien que lo comprendiera, Cris era todo lo que alguna vez había esperado: lo escuchaba, lo apoyaba y no ocultaba quién era, ni ante él ni ante el mundo. Sin embargo, algo faltaba. Intentaba no pensar en ello; quería centrarse en que las cosas estaban marchando bien, que la angustia de meses anteriores se iba disipando. Pero en esos momentos, cuando el silencio dejaba fluir sus pensamientos, no podía evitarlo. ¿Acaso estaba siendo justo?
Cerró los ojos, sintiendo el tacto de la mano de Cris junto a la suya. El calor que emanaba de esta le reconfortaba, al igual que escuchar su respiración calmada, a la cual se acompasó. Intentó no pensar tanto en cosas que estaban fuera de su control, ambos habían tomado decisiones, quizás no todas eran correctas, pero en ese momento estaban bien, se apoyaban el uno en el otro y se comprendían. No le llevó mucho tiempo quedarse dormido nuevamente mientras la tenue luz del amanecer ingresaba por la ventana.
Cuando volvió a despertar, Cris ya no estaba a su lado. Horacio se incorporó buscando alguna señal de él, la luz que ingresaba por la ventana era demasiado resplandeciente para que fuese temprano, por lo que buscó su teléfono y se dio cuenta de que era casi mediodía. Seguramente su pareja llevaba levantado bastante tiempo. Sin prisas, Horacio salió de la cama apoyando sus pies en las frías baldosas antes de decidir que sería mejor buscar unas zapatillas que amortiguaran el frío; el verano estaba casi en su tramo final y se hacía notar.
Una vez medianamente vestido, el delantero se dirigió a la cocina, donde seguramente encontraría al rubio. En cuanto cruzó el umbral, se detuvo apoyando su cuerpo en el marco. Cris se encontraba en la cocina, llevaba puesto un pantalón de chándal, pero su torso estaba desnudo, permitiéndole a Horacio contemplar su espalda, adornada por varios lunares. Visualizó de inmediato uno en particular, sobre su omóplato derecho, incluso a esa distancia, donde los separaban varios metros, podía notarlo.
Una sonrisa surcó el rostro de Horacio, quizás aún no estaba del todo seguro sobre sus sentimientos, pero no podía negar que Cris generaba cosas en él.
—Buenos días —pronunció, haciéndose notar.
El rubio se movió en cuanto escuchó al contrario; el olor a café se podía sentir en todo el lugar y Cris fue con su tasa hacia el moreno.
—Buen día —le saludó, brindándole su atención— Creí que dormirías todo el día, no quise despertarte —un pequeño beso fue depositado sobre Horacio en cuanto llegó a él.
—Al menos tendrías que haberte quedado en la cama, —la mano del delantero fue hacia la mejilla de Cris— así tendría una buena excusa para no levantarme —murmuró sobre sus labios, devolviéndole el beso.
—Tomo nota para la próxima vez. ¿Quieres desayunar? —cuestionó Cris, alejándose para dirigirse hacia la cafetera.
—Hoy paso de café —dijo Horacio, adentrándose finalmente al lugar para tomar un tazón que llenó de avena— Mejor avena y leche. Creo que el entrenamiento de ayer fue más de lo que mi cuerpo podía soportar.
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Fuera de juego
FanfictionHoracio y Volkov llegan un tiempo de relación, una relación oculta por culpa del entorno en el que se mueven, el fútbol. Pero todo se vendrá abajo cuando una persona capture un momento íntimo de la pareja. El mundo del fútbol no está preparado y ell...