Capítulo 8

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Había estado todo el día observando las noticias, nadie sabía realmente quien era, pero allí estaba, su foto junto a la de aquel futbolista y varios comentarios de diversa índole.

Para su sorpresa, Horacio resultó ser alguien totalmente diferente de lo que imaginaba, sobre todo, porque al hablar con su representante, este había dejado claro que se limitara a hacer lo que debía hacer y nada más. En un principio pensó que aquella solicitud se debía a un pedido del futbolista, ahora, lo dudaba. El moreno con una cresta bastante llamativa y ojos extraños, no parecía ser alguien con aires de grandeza como creyó en un primer momento.

- Esto es la hostia – exclamó al ver uno de los tantos artículos que habían escrito sobre ellos – con razón el amante en cuestión no quería salir a la luz – murmuró para sí mismo leyendo un sin fin de comentarios totalmente desvirtuados.

Chris estaba al tanto de la situación, no todos los días se descubre que uno de los jugadores estrellas del país está con otro chico, compañero de equipo y que además, no lo desmiente, pero para nada se esperaba que ese mismo jugador, solicitase aparentar tener una pareja para, por lo visto, salvar a la verdadera.

No tenía claro que efectivamente el otro implicado fuese Viktor Volkov, hasta ese momento, ni siquiera le había prestado atención al jugador ruso, sin embargo la sospecha era muy grande, sobre todo cuando no se presentaba ningún tipo de declaración de su parte, ni siquiera una negación.

Por lo poco que pudo ver luego de que fuera contactado, el ruso se mostraba totalmente hostil ante los comentarios y en más de una ocasión había intentado tirar una que otra cámara, eso definitivamente apuntaba que el sin fin de rumores que generó aquella foto tuviesen algo de cierto.

Recibir un mail de parte de un tal Gustabo García fue toda una sorpresa, pensó que se trataba de una broma, su perfil era público y su mail estaba allí por si surgía algún trabajo, la actuación no estaba dentro de sus opciones pero eso no era un impedimento.

Por ese motivo, pensó que no estaría mal averiguar de qué se trataba, poniéndose en contacto con el hombre y arreglando una reunión.

Decidir participar en aquella farsa no fue para nada fácil, si, era una forma lo bastante rápida de que su popularidad, buena o mala, subiese, probablemente mucho más de lo que él por su cuenta podría lograr, después de todo, a la gente le gusta especular sobre la vida de los famosos. Sin embargo, eso no garantizaba que su carrera, aquella que había luchado tanto en comenzar, arribara a buen puerto una vez que comenzara a aparentar.

Dejó la taza de café sobre la encimera junto con su móvil dirigiéndose al refrigerador para buscar algo de comida, había estado fuera todo el día, se encontraba famélico. Tomó dos rodajas de pizza que quedaron del día anterior, colocándolas en el horno y encendiéndolo.

Paso días pensando lo hablado con el rubio representante, sus condiciones eran simples, pretender ser pareja de Horacio, específicamente el hombre que había salido en aquella polémica foto. Dudaba un poco si la gente iba a creerlo, después de todo, solo bastaba dar un segundo vistazo para darse cuenta que, a pesar de estar borroso, no se parecía en nada a Volkov, es más, si las personas eran lo bastante inteligentes como para acercar la fotografía estaba seguro de que no tendrían dudas sobre la identidad del segundo implicado.

Esperó los minutos necesarios para que la pizza calentara, sacó un plato de la alacena y colocó las porciones en él, dirigiéndose nuevamente hacia la mesada, tomando su móvil mientras mordía el primer trozo, saboreando la salsa.

Salió del último sitio web al que había ingresado, para dirigirse a sus redes sociales donde todo era caos, miles de comentarios aparecían en sus últimas publicaciones, demasiados seguidores para seguir el ritmo y algún que otro mensaje privado.

Fuera de juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora