Capitulo 8

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Capitulo 8

Sirius, caminaba entre los pasillos de la biblioteca, bufando, gruñendo y maldiciendo a su amigo y Evans. Llevaba media hora buscando el libro para el ensayo que debía hacer, eso se acortaría a unos pocos minutos si James estaría ahí. Tampoco, podía pedirle a Remus que lo hagan juntos, porque este ya lo había terminado y Peter...bueno, Peter solo lo atrasaría.

Creyó, estar cerca del tema, al leer la sección y algunos títulos, camino más lento, buscando con cuidado el tema, se detuvo cuando escucho unos murmullos, una conversación entre voces que le resultaban conocidas. Observo entre los libros, al otro lado del mueble con los libros, camino unos pasos más, hasta tenerlos cerca y logro reconocer las voces un momento antes de vislumbrarles el rostro, eran Severus y Regulus.

Sin poco disimulo, se mantuvo allí, intentando escucha el tema de la discusión, el mayor parecía estar explicándole algo a Regulus, mientras sacaba libros, los abría, leía y volvía colocarlos en su lugar para tomar otro. Sirius, estaba por seguir su camino, ya que noto que le explicaba un tema de un año anterior, curso donde estaba Regulus. No obstante, se mantuvo en el sitio cuando Severus no guardo el último libro, sino que continúo leyendo en voz alta y permitiendo que Regulus se pegara a su costado. La cercanía física que mantenían, sumada a la confianza en las voces, las expresiones relajadas y no a la defensiva o alerta, hizo gruñir a Sirius, apretó su mandíbula e hizo movimientos de lado a lado, chocando sus dientes.

Repaso en su mente algunos hechizos, inofensivos, pero que podrían enmascararse por bromas entre hermanos, que harían que este se alejara de Severus, pero este último saldría afectado de alguna u otra manera y Sirius tenía una promesa que mantener, por lo que los descarto.

Finalmente, Severus le tendió el libro a Regulus y lo incito a marcharse, Sirius estaba por continuar con su camino, pero fue avergonzadamente descubierto.

— ¿Se te perdió algo de este lado del pasillo, Black?—cuestionó Severus.

— ¿Severus? Ni siquiera note que estabas ahí—intentó mentir.

—Claro, Black, finjamos que te creo—habló caminando, hasta llegar al pasillo de Sirius y revisar los libros en la sección—. Porque a ti te interesa tanto...—busco entre los muchos libros el titulo más vergonzoso—el parto de los animales del mundo mágico—le tendió el libro en forma de burla.

—Claro que no, estoy buscando información sobre el ensayo para la clase de historia—se defendió.

—No creo que lo encuentres en este pasillo—Sirius estaba por preguntar donde lo encontraría, pero se trago la pregunta al ver el gesto burlón en el rostro de Severus—. Sígueme—ordenó el Slytherin, compadeciéndose—. Ya lo hice y revise varios libros, los comunes, pero si quieres tener la información correcta, este es el mejor, aunque quizás te cueste un poco la compresión de texto, es un tanto más avanzado—explicó al detenerse unos pasillos más adelante y estirarse para tomar un libro y luego tendérselo a Sirius.

—Que a ti se te haya dificultado un simple texto, no significa que a mi también—se defendió abriendo el libro y comenzando a buscar.

—Un simple "gracias", hubiera bastado, pero ya que...—le quitó el libro y estaba por devolverlo a su sitio, Sirius frunció el ceño y detuvo el brazo a medio camino, Severus comenzó a intentar alejarse, evitándole que tome el libro, Sirius lo persiguió, entre ambos, formaron un circulo en el pasillo, uno yendo detrás del otro, hasta que la fuerza empleada por Sirius fue demasiada, esta desestabilizo a Severus, quien intentando no tropezar, chocó de espaldas contra uno de los instantes de libros.

Por su parte, Sirius mantenía sujeta, con una de sus manos, de la muñeca la mano de Severus que sostenía el libro, su otra mano, termino apoyada en el instante, evitando chocar con todo su peco contra Severus, pero sin eludir que so rostro casi se estampara contra los libros a un lateral del rostro de Severus, rozando la piel de la mejillas de ambos entre sí.

— ¿Me darás el libro?—preguntó al sentir a Severus intentando soltarse.

—Puedes tomar uno de los otros diez que hay en el instante—se quejó Severus.

—Pero yo... quiero ese—insistió, ladeando su cabeza para toparse con la mejilla fría y pálida de Severus, su mente recordó la anécdota que James comentó tan orgulloso sobre su beso-no beso con Evans, sonrió y Severus tembló casi imperceptiblemente—. ¿Qué sucede? ¿Nervioso?

— ¿Puedes alejarte? Me moleta cuando invaden mi espacio personal—Sirius rió.

—No parecías molesto cuando mi hermanito lo invadió.

— ¿No que no me viste?

—No veo que lo niegues.

—Regulus es mi amigo, estoy acostumbrado...

—Puedes acostumbrarte a mi también—se acercó un paso más, rozó sus labios contra la piel, intentando llegar a la comisura de los labios y más allá, pero descuido el agarre en la muñeca y Severus consiguió soltarse, golpeando el libro contra la parte posterior de la cabeza de Sirius.

— ¿Volvemos a las bromas, Black? Creo que se te fue un poco de las manos—gruñó, casi arrojándole el libro contra el pecho a Sirius antes de caminar alejándose.

Sin comprender del todo, que había sucedido, lo que quiso hacer y el enfado de Severus, Sirius dejo el libro en su sitio y se marcho a su habitación frotándose la cabeza. Al llegar, volvió a tirarse en la cama, boca arriba, observando el techo.

—Sirius—llamó James desde su propia cama—. ¿Estás enojado?—preguntó, Sirius no respondió—. ¿Encontraste el libro? Puedo ir y buscarlo si no lo encontraste...o puedo prestarte mi ensayo para que tengas la información—continuó James, pero Sirius tampoco contestó—. ¡Oh, vamos, no era mi intención cambiarte por Lily!—se sentó tiró en la cama de Sirius, buscando espacio—. No te enojes...

—No estoy enojado, James.

— ¿Entonces porque estas tan serio?—Sirius lo miró un momento y luego volvió la vista al techo.

—Te devuelvo la felicitación por el beso, si es un gran avance, amigo—felicito, ya que él mismo no logro un roce en la comisura de los labios de Severus, aunque ni siquiera entendía el deseo que había nacido en él de hacerlo al tenerlo tan cerca.

Continuara... 

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Detrás de lo que veíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora