Capitulo 20

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Capitulo 20

La felicidad de James comenzaba a fastidiar a Sirius, habían pasado dos días de su perfecta cita con Evans, en la cual James obtuvo un casto beso, y andaba delirando de alegría, parecía que salían chispas de él cada que hablaba, o podría ser saliva de su boca, Sirius no se molesto en distinguirlo, prefería ignorar la imagen de felicidad que daba su mejor amigo. Y claro que no eran celos, no del todo, estaba internamente feliz por su amigo y su romance correspondido, pero Sirius no tenía un buen humor eso días para festejar por otro.

La razón, era que aún mantenía guardada en el fondo de su baúl una preciosa, elegante y abrigada bufanda negra, que no iba para nada con su estilo, en la cual desperdicio dinero. A eso, debía sumarle la enorme bolsa de dulces escondida en algún rincón de su desordenada cama, la cual escondía celosamente de Peter. Por último, y solo para remarcar su estupidez y poco razonamiento, estaba el paquete de diferentes ingredientes, para pociones, que compro a escondidas de sus amigos, una extensa variedad de sustancias de las cuales no sabía lo mas mínimo, pero que el hombre que se las vendió asegura que eran magnificas y necesarias para todo alumno que guste experimentar con pociones. Sirius, no le había creído, podía haberle vendido tierra, pero igual las compro. Y como las otras dos cosas, eran para Severus, el mismo chico con el que estaba enfadado y no hablaba desde que este defendió a Regulus.

Y es que, eran discusiones y peleas infantiles entre hermanos, Severus no podía entender eso jamás porque no tenía hermanos, entonces no debió haber intervenido y para defender al chiquillo. Sirius, aún mascullaba ante eso, mascullo cuando notó esa misma noche que Severus lo esperaba cerca de la entrada al gran comedor, defendía a su hermano, pero lo buscaba a él para besarlo, por lo que más enfadado y apretando los dientes, Sirius lo había ignorado y seguido. En otra situación, se hubiera desviado y arrastrado a la serpiente al pasadizo más cercano, partiendo hacia pasillos vacios del castillo a esas horas. Para el día siguiente, se habían ignorado mutuamente y lo que iba de aquel día, no había sido muy diferente. Lo cruzo de entrada al comedor, fingió que no lo hizo, no pudo hacer lo mismo en la biblioteca, cuando lo vio pasando el rato con su odioso hermano, porque los libros cerrados alrededor no podía ser estudiar, cuando los exámenes ya habían pasado. Por supuesto que, Sirius, no tenía la mas mínima idea de que este estaba allí cuando siguió a Remus aburrido de la habitación hasta el lugar a devolver libros, pero allí estaba, observando de pronto a un serio Severus, que le devolvió la mirada.

Horas más tarde, allí estaba, tirado en su cama, observando el mapa del merodeador, fastidiado por la alegre voz de James y buscando los piecitos de Snape en el mapa.

- ¿Sabes lo que se siente ser besado por la persona que tanto te gusta?-suspiró feliz James.

-No, no he tenido aún el placer, pero imagino que es algo muy satisfactorio y placentero-comentó Remus.

-Tu cabeza se vuelve en blanco y tu corazón parece que late más rápido que el expreso de Hogwart.

- ¿El tren late?-preguntó Peter confundido, a lo que James lo miro extrañado.

-No, Peter, pienso que James se refiere a que late más rápido de lo que va el tren... ¿no?-explicó Remus.

-Si, exacto...late, late, y parece que no dejara de hacerlo. Y Lily, ella sonrió después del beso, y sus labios brillaban de saliva y fue tan tierno que quise besarla de nuevo.

- ¿Cómo podían brillar de saliva si no fue con lengua?-cuestiono Sirius, dejando el mapa al no poder encontrar su objetivo, se paro junto a la ventana esperando respuesta.

-Ella se separo cuando toque sus labios con mi lengua buscando que se abran-explicó James.

-O eres una babosa o produces mucha saliva-dijo asqueado Sirius-. Pero que mal que te rechacen un beso así.

Detrás de lo que veíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora