Capitulo 26

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Capitulo 26

Todo parecía estar volviendo a la normalidad, una que sofocaba a Sirius. La vuelta de James al grupo, sin tenerlo suspirando por Evans, hablando o corriendo tras ella, los mantuvo unidos, parecía que James era esa goma de mascar que los atrapaba y aunque en el pasado Sirius estaba muy feliz con ello, ahora solo quería salir de esa goma molesta, alejarse un poco del bullicio, buscar el mapa del merodeador, perseguir a Severus y tener un momento de calma en algún rincón besándolo, peleando , estudiando, lo que fuera en presencia del chico, lejos de sus amigos. Los amaba, pero necesitaba su individualidad, una que aprendió a tener a duras penas y ahora disfrutaba.

Creía haber logrado que James desistiera a la broma hacia Severus cuando se opuso a ella, diciéndole a su amigo que lo quería como un hermano, pero no apoyaría su fase autodestructiva por desilusión amorosa y salió de la habitación para pasar tiempo en la sala común con otros compañeros de su casa. James, cuando estuvieron cenando en el gran comedor, solo le dijo: "está bien, no hare nada" y Sirius logro relajarse y disfrutar de la cena y las miradas que compartían cada tanto con el Slytherin.

No obstante, era difícil despegarse de James, siempre que intentaba perderlo, el chico lo encontraba a la vuelta del pasillo, no parecía querer tiempo a solas o entender que Sirius lo necesitaba. Incluso, cuando intentaba en las clases compartidas con la casa de Slytherin, acercarse a Severus, James lo jalaba como cuando eran niño comenzando el primer año y Sirius solo podía mira de lejos a Severus, conversando con otros compañeros o haciendo en silencio las tareas, creando anotaciones que hacían que los pies de Sirius se movieran constantemente deseando acercarse para que le explicara qué cosas deducía, como realizar la parte practica, no era lo mismo sin su explicación concisa y seria. James, parecía tomarse a juego las clases y no llegaban a terminar, por más que Sirius lo intentara, constantemente discutían las mejoras que Sirius quería hacer en posiciones, porque había aprendido ciertos trucos del Slytherin, pero James era apegado a la receta, como en un tiempo él lo fue.

Estaba llegando al final de la primera semana, con su amigo pegado a su cadera, Sirius ya tenía una pila de tareas que terminar, practicas que debía hacer en clases y como no pudo o no salió bien, tenía que rehacer, regaño de profesores, un castigo pendiente y al menos dos llamados de atención de dos profesores diferentes. Para sumarle a todo aquello, James ya había planeado que su próxima tarde libre, la pasarían practicando Quidditch.

Definitivamente, Sirius debía escaparse y conseguir su necesitado tiempo individual, el tiempo de Sirius. Lamentaba el mal momento que transcurría su amigo en su romance, pero había necesidades y deberes que Sirius tenia consigo mismo, su propia historia.

Antes de que James ingresara a la habitación, Sirius se preparo, no perdería esa tarde practicando Quidditch, tenía toda una vida para invertir en el deporte, pero no para pasar tiempo con Severus y verlo con el cabello recogido, frente a un caldero humeante que producían que su rostro y cuello se cubrieran con una capa de sudor que hacia brillar su piel y desear que Sirius lo lamiera. Por Merlín, recordar al chico le llevaba preguntarse cuántos días llevaba sin verlo y hablar con él sin preocuparse por el tiempo o James, extrañaba a Severus.

En silencio, tomo sus útiles, los dulces que tenia para compartir con Severus, el mapa del Merodeador y busco a sus amigos, primero debía perderlos y luego preocuparse por encontrar a Severus. Esquivando los pasillos por los que el grupo transitaba camino a las habitaciones, Sirius se fue alejando de ellas. Cuando consiguió su primer objetivo, se detuvo en un pasadizo a buscar a Severus, revisando primero los lugares donde solía estar el chico, rápidamente lo encontró en el aula vacía de posiciones y se dirigió allí.

Al ingresar, lo diviso sentado, de espaldas a él, con el cabello recogido, se veía el vapor salir del caldero situado ligeramente hacia la derecha del chico y este haciendo anotaciones en un cuaderno. Lentamente, Sirius, camino hasta llegar detrás y taparle los ojos, Severus pegó un salto en su asiento, hasta que poso sus manos sobre la de Sirius y las bajo un poco llegando a olerlas.

Detrás de lo que veíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora