Capitulo 23
Sirius sabia que la mejor idea que tuvo en su corta vida era haberle propuesto besarse a Severus, porque no había nada que le gustara más que besar al chico en uno de los ocultos pasadizos por minutos enteros, nadie podía decir que Severus no besara bien. A su vez, Sirius no sabía si era idea suya o que el Slytherin comenzó a tomar confianza, pero el chico ya no mantenía las manos quietas, iba desde desordenarle el cabello hasta apretujarle el trasero, Sirius solo se dejaba, ya que cuando más tocara Severus mejor se sentía y más podía tocar el mismo al chico, descubriendo que detrás de esas ropas algo grandes y desgastadas, no solo había piel pálida y hueso, sino algunas partes abundantes que le subía la temperatura. Tampoco, se negaba a dejarlo dominar el beso y la situación, a Sirius le encantaba ese punto entre besos en el que Severus parecía soltarse, desesperarse; comenzaba a besar con más fuerza, a presionarlo contra las paredes y en algunas ocasiones a frotarse.
De aquella manera, había trascurrido el último mes entre ambos. Regresaban de su tercera salida secreta a Hogsmeade, en la cual siguieron la rutina establecido, caminaban, visitaban algunas tiendas, tomaban una bebida y regresaban, teniendo una previa sesión de besos en algún pasillo antes de despedirse. En las diferentes tiendas que visitaban, siempre llevaban algo, ya sea porque Severus lo tenía planeado o por puro capricho de Sirius de comprar. En la librería, Sirius solía comprar libros que observaba que al chico le interesaban, con el pretexto de "Si dices que es bueno, lo comprare para leerlo y luego te lo presto", y no era que Sirius fuera de no leer, pero casi la mitad de los libros que compro no los había leído antes de dárselos al chicos después de manosear un poco las paginas y mancharlas y/o marcara a propósito para que pareciera utilizado.
Por otra parte, solían comprar toda una lista de ingredientes que escribían entre ambos, pensando en las pociones que Sirius debía practicar, las que quería Severus enseñarle a Sirius solo porque disfrutaba de hacerlas. Y las que ambos encontraban en algún libro y les interesaba hacer primero tal cual y después con cambios que Severus podía pensar.
También, pasaban por la tienda de dulces, la primera vez, Sirius compro casi un poco de todo, y habían pasado tardes enteras en algún rincón del castillo, Sirius recordando los sabores más extraños que probo durante su niñez, Severus descubriéndolos y ambos riendo en el proceso. Para las siguientes ocasiones, Sirius solo compro los que más le habían gustado a Severus y algunos chocolates para la reserva de Remus, ya que se sentía culpable de habérselos comido hace un tiempo atrás. A su vez, ello le ayudaba a comprar dulces de más, diciéndole a Severus que eran para sus amigos, pero era con los que siempre aparecía par a regalarle a Severus luego no haber podido pasar la tarde junto con él por las largas prácticas de Quidditch a las que James lo sometía.
En esa ultima ocasión, por puro capricho de Sirius, había ido a la tienda de té de madame Tudipié, los dos se arrepintieron a los cinco minutos de haber llegado, ya que jamás habían visto tanto rosa y volados juntos a la vez, se miraron sin mucha expresión en sus rostros cuando se encontraron allí sentados, con una mesa de por medio más decorada que la chica más femenina de Howarts. No obstante, antes de huir del lugar, se llevaron pastelillos.
Finalmente, terminaron la salida, como siempre, con una cerveza de mantequilla, la cual pagaba Severus y Sirius bebía con una sonrisa idiota en la cara.
—Toma, lleva los pastelillos—ofreció Sirius cuando la sesión de beso finalizo, con los labios de ambos cansados, resecos, la ropa de ambos tan desarreglada como los cabellos que intentaron acomodar y una creciente excitación en ambos.
— ¿Quieres que muera de un coma diabético? Llévatelos tu, yo no fui quien quería entrar a esa tienda—hizo una mueca de desagrado al recordar el lugar.
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Detrás de lo que veía
FanfictionLa ultima idea de James Potter, para atraer la atención de Lily, entre otras cosas, es no molestar a Severus Snape. Por lo tanto, pide a su mejor amigo, Sirius Black, que prometa no hacerlo, así él tampoco estaría tentado. Sin embargo, Sirius no tie...