Capitulo 28

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Capitulo 28

Sirius, sabía que Severus estaba enojado con él. No solo porque la rutina del chico había cambiado, ya que casi no salía del área de Slytherin y cuando lo hacía, era siempre acompañado de alguien más. También, no frecuentaba los pasillos o aulas en donde antes lo podía encontrar, por sobre todo, cuando veía en el mapa que se encontraba en uno de estos sitios y corría hacia el mismo, solo hallaba los obsequios que le había dado al chico, tales como los libros que compro y le fue dando, los dulces que sobraron de la última vez que se reunieron y comieron de ellos; ingredientes que alguna vez compro y regalo.

Entre aquellas cosas devueltas, había un dibujo que recordaba haber realizado en una de sus tantas tardes realizando pociones, una que tardaba más tiempo y aunque Sirius confiaba en los cambios que Severus aplico en la formula, solo quería bromear un poco e hizo un dibujo del chico, con un caldero enfrente y este explotando, lo hechizo para que hiciera lo que esperaba y le agrego de título: "lo que sucederá en 10 minutos aproximadamente". Cuando se lo había entregado al protagonista del dibujo, este lo miro, hizo una mueca y dibujo debajo a ambos y así mismo tomando el caldero y tirándole el contenido del caldero en la cabeza, cambio el titulo de Sirius a un: "lo que cree Sirius que sucederá en 10 minutos aproximadamente". Al lado de su propio dibujo, luego de hechizarlo, agregó: "lo que realmente sucederá en 5 minutos exactamente".

Sirius, sonrió observando el dibujo en la soledad de su habitación, sentado en su cama, recordaba que cuando Severus le entrego el dibujo de vuelta, había reído por largo rato. Cuando finalmente detuvo su risa, Severus lo miraba con una sonrisa, había vuelto emocionado su atención al papel, pero solo alcanzo a hacer la letra "Q" antes de que Severus elevara el caldero y verdaderamente lo volteara arriba de su cabeza, aún se avergonzaba del grito que dio, sin recibir nada sobre su persona, más que las carcajadas de Severus. La explicación del chico fue "si iba a explotar". Sirius, acarició la "Q" con su dedo pulgar y sonrió, si tan solo hubieran sido 10 minutos más, quizás 5... habría alcanzado a escribir lo que quería preguntarle a Severus hace tiempo.

Se estaba perdiendo la cena de esa noche, pero sabía que de nada valía ir e intentar hablar con Severus, este continuaría esquivándolo e ignorando sus miradas. Hambre, en realidad no tenia, solo el estomago revuelto de la ultima discusión que tuvo con James antes de que partiera a cenar con los demás. Este, creía que era infantil que se mantuviera tanto tiempo enfadado por haberlo metido en una broma hacia Severus de la cual no quería formar parte. "Por Merlín, somos mejores amigos y te mantienes enojado por una estúpida broma a Snivellus. Sirius, ya déjalo pasar. Te pedí disculpas por meterte, no lo volveré a hacer. Las hare solo y lejos de ti si tanto te molesta divertirte ahora", aquellas fueron las palabras de quien consideraba su mejor amigo, él que ni siquiera pensaba dos segundo la razón de porque estaba enojado.

Tomó el mapa y buscó el gran comedor en el, encontró a Severus en la mesa de su casa y pudo notar, entre la quietud de todas las demás personas, como sus amigos se levantaban de la mesa de Gryffindor y salían del lugar, tomando camino a las habitaciones nuevamente, no tenía ganas de ver a James tan pronto, dejo el mapa sobre la cama. Con poca esperanza, pero aún manteniéndola, tomó uno de los libros que Severus le había devuelto y al parecer no alcanzo a terminar, porque estaba marcado hasta un poco más allá de la mitad, abrió la tapa y releyó lo que escribió allí en la primera hoja con la gota de fe que mantenía de que Severus lo leyera si llegaba a darle el libro: "Lo siento. Por favor, no me evites, hablemos. Sé que soy un idiota, pero no tanto para hacerte aquella broma, no fui parte de eso y trate de detenerlo, creí que lo hice. Te extraño".

Salió de la habitación, evitando el camino que sus amigos solían tomar para regresar. Era bastante más largo el que debía hacer, pero lo valía para no cruzarse con James, sabía que terminaría gritando verdades que no deseaba, porque no había regreso en su amistad si las decía, eran verdades del momento, del segundo, minuto o día.

Detrás de lo que veíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora