EXTRA

1.2K 187 33
                                    

Extra

Sirius, suspiró cansado y agitó sus brazos buscando que la tensión en ellos baje un poco, antes de doblar una vez más su rodilla y tomar otra caja para llevarla dentro, podría hacerlo con magia, pero Severus había sido claro antes de marcharse: "lo que hay dentro es frágil, no confió en tu torpeza haciendo hechizos, ya te veo distraerte y dejando caer las cajas"; Sirius estaba por decirle a su pareja que cargue sus propias cajas, pero entonces este hizo su distintivo intento de sonrisa, con una mirada de lado y declaro: "confió más es tus músculos, cárgalas" y Sirius solo asintió, tan encandilado como hace diez años lo tenía el hombre.

Sirius, dejo la caja en la nueva sala de estar de ala casa que ambos eligieron y compraron, pero al leer la etiqueta que Severus coloco en ella diciendo "personal", decidió llevarlo a la habitación, la dejo sobre el colchón desnudo sobre la cama y observó un momento dudando.

— ¿Y si es para su oficina?—se preguntó, dudando de si debería llevarla al sitio que seleccionaron como la oficina de Severus, ahora que comenzaría a ejercer como profesor, necesitaba un espacio en la casa para ello, Sirius se conformaba con la oficina en el departamento de aurores en el ministerio, pero Severus necesitaba más que su oficina en Howarts.

Decidió abrir la caja, lo peor que podía encontrar era ropa interior de hombre... y ya la conocía bien. Cuando lo hizo, se encontró con libros, tomo algunos con el ceño fruncido, maldiciendo en su cabeza a su pareja por decirle que cargue con delicadeza puros libros nada frágiles. Los hizo levitar con magia, para llevarlos a la estantería en la oficina de Severus, en una fila, fueron saliendo por la puerta, pero todos cayeron cuando Sirius reconoció la tapa de uno de los libros y al tomarlo, dejo caer los demás.

Reviso la primera página y una sonrisa nació en su rostro al leer su propia letra allí: "Lo siento. Por favor, no me evites, hablemos. Sé que soy un idiota, pero no tanto para hacerte aquella broma, no fui parte de eso y trate de detenerlo, creí que lo hice. Te extraño", creía que ese libro había quedado olvidado en Hogwarts. La sonrisa en su rostro, creció cuando, debajo de su letra, estaba la de Severus: "Tu no me evites, mírame".

Ansioso, comenzó a buscar otros libros, los fue tomando a medida que los reconocía se encontró con diferentes mensajes en ellos.

"¿Tan interesante en el nefasto puré que lo miras durante una hora? Solo levanta la cabeza y mírame".

"Tus hombros han crecido, no te mates entrenando y no lo niegues, me volví experto en tu espalda, ya que es lo único que veo durante la comidas, podrías cambiar de lugar y mirarme".

"Creí que finalmente me miraste en pociones, pero mirabas al profesor explicándome lo que luego le dijiste a Lupin. No te hizo caso y su caldero exploto".

"¿Cómo es que no se te encuentra solo? ¿Cómo es que ahora ya no están donde antes caminabas y me encontrabas "por casualidad"?"

"Si continuas sin mirarme, solo me parare frente a ti, evítame la molestia y mírame, camina por los pasillos vacio, ve a cenar solo. Búscame".

Después de leer unos pocos más, todos con notas igual de peculiares, tomó el primero y escribió debajo del: "Tu no me evites, mírame".

Llevaba un momento mirando su escrito, cuando la voz de Severus lo alarmo.

— ¿Sirius? ¿Sirius, donde estas? ¿Qué has estado haciendo? Te faltan la mitad de las cajas—Severus entro a la habitación con el ceño profundamente fruncido—. ¿Qué es este desastre? ¿Usaste magia? Te dije que lo cargues, para evitar este desastre, mira todos mis libros tirados—se quejo Severus.

Detrás de lo que veíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora