Anabelle, 9:00 A.M.
Marcus desciende del vehículo y su sonrisa me acelera el corazón cuando nuestras miradas se encuentran fijamente. Lo abrazo, y le doy un cálido beso. Lo amo. Definitivamente es el hombre de mi vida, y por supuesto, deseo pasar el resto de mis días con él.
—Feliz cumpleaños, hermosa. –me dice con su voz tenue y melódica.
Lo vuelvo a besar y siento como mi cuerpo se encrespa.
Él me observa con detenimiento.
—Estás diferente. –enarca una ceja.
Me rio.
—Hoy cumplo dieciocho, ¿recuerdas? Por tanto ya no soy una niña. –le explico-. Lo cual me hace preguntarme, ¿Dónde está mi regalo?
Marcus se lleva una mano a su rostro por la sorpresa ocasionada e inmediatamente, yo abro los ojos como platos ante tal gesto.
—¿No me digas que…?
Me vuelve a besar y me calla en el acto.
A los pocos segundos, escucho varios aplausos y gritos que provienen de un lugar muy cercano a nosotros. La sorpresa hace que me separe de él y vislumbro a nuestro alrededor amigos y compañeros de estudio con pastel y globos en manos.
Me sonrojo. Lo sé, por el calor que comienza a ascender por todo mi rostro; mi novio me observa y me imita, luego, con un leve guiño ejecutado por sus hermosos labios, señala a mi derecha. Ahí está mi mejor amiga Camille y Paul con una enorme pancarta de colores vívidos con mi nombre en el centro del gran papel.FELIZ CUMPLEAÑOS, ANABELLE.
Esto sí que me sorprende.
Marcus es la persona más olvidadiza que pueda existir, además de ser un poco tosco para los detalles, como ocurrió el año pasado que llegó casi al anochecer con una botella de vino (barato para mi buen gusto) y una copia de mi libro favorito en manos, asegurando claro está, que era muy malo para recordar las fechas importantes. Ese día estaba totalmente destrozada a pesar del regalo de papá cuyo viaje a Inglaterra me hacía mucha ilusión.
No había duda que iba a romper con él pero, Camille me hizo entender que así eran la mayoría de los hombres y debía tener paciencia por ello. Lo acepté tras una buena insistencia de ella y pues, al aceptar como siempre me ocurre a sus berrinches, nos fuimos a Londres a los siguientes días. Sin embargo, ahora estoy sumamente sorprendida y feliz, Marcus lo es todo en mi vida… todo; y aunque no es gran cosa la sorpresa de este cumpleaños viniendo de él significa mucho.
<<Sé más agradecida, mi pequeña>>, estaría diciendo mi padre en estos momentos.
—¡¡¡Feliz cumpleaños a ti… feliz cumpleaños a ti… feliz cumpleaños Anabelle!!!
El cántico me devuelve a la realidad y la muchedumbre agolpada a mí alrededor empieza a silbar, gritar y saltar para mí. Me encanta ser importante, me llena de extrema satisfacción, la verdad. Los veo a todos: amigos, enemigos, profesores y algunos otros que no conozco en lo absoluto, pero que de igual forma me satisface el hecho de que hagan lo que yo quiera y se pongan a menos de mi evidente superioridad.
—Sopla amor mío. –me ordena Marcus.
Asiento, me acerco un poco al pastel de frambuesa que sostiene Paul y apago la vela. Todos gritamos de alegría y vuelvo a besar a Marcus aunque con más pasión que antes. Brinco y él me ataja en el aire y quedo aferrada a sus brazos con las piernas cruzadas en su espalda. Más vítores y aplausos.
Entonces, Marcus me aprieta con fuerza y veo el cambio repentino en su rostro.
—Annie, cuidado. –masculla él separando sus labios de los míos y dando por finalizado el apasionado beso.
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La última travesía (En edición) Pronto En Físico
Misterio / Suspenso¿Qué misterio se oculta detrás del Triángulo de las Bermudas? ¿Es posible que exista vida en ese inhóspito y abominable lugar? "Anabelle Simmons está a punto de cumplir los dieciocho años de edad y nada puede ser más perturbador para ella que sentir...