Dan.
El sol está en su punto máximo.
El día más caluroso que jamás hubiese podido soñar se cierne sobre nosotros, y en lo alto, algunas aves buscan refugio en las copas de los arboles más cercanos de la extraña y descomunal isla.
Se supone que debo recordar a cabalidad todo lo ocurrido. Es un hecho común, entender cómo ocurrieron los hechos de la noche anterior pero a decir verdad, todo sucedió muy rápido.
La embarcación quedó hecha añicos y todos tuvimos que afrontar nuestros peores miedos para salvaguardar nuestra integridad del violento mar. Recuerdo el dolor. Un intenso dolor extenderse por mis manos, cuyos nudillos estaban palpitando debajo de la piel por el golpe que tuve que propinar a varios de los asaltantes. Recuerdo además, el esfuerzo. El gran esfuerzo por mantenerme con vida y ayudar a Anabelle...
Eso sí que lo recuerdo claramente.
Luego, como una vivida pesadilla: la niebla llegó y nos absorbió por completos.
En el momento exacto que la neblina nos cubrió supe que las cosas iban a salir mal. Por un momento pensé que iba a morir. Sí, que lo pensé. Y finalmente, la isla apareció delante de nuestras narices como un imponente coloso.
Nadé en contra de la corriente y con el sol abrasando nuestras pieles, llegué a la orilla con Anabelle en mis brazos. Fue una ardua tarea, la fatiga dio paso al cansancio y buscando un improvisado refugio entre los enormes árboles, me dispuse a pensar por primera vez en el día.
¡¿Dónde demonios estamos?!
— Annie, despierta, por favor. –mascullo por enésima vez.
Su respiración es regular y el agua comienza a secarse en su piel. Sus ojos están cerrados pero al intentar abrírselos ella ejerce una fuerza, por lo que al menos sé que está viva.
<<Está viva>>, pienso.
Estoy un poco más tranquilo pero la verdad este sitio me pone los pelos de punta. El lugar en donde nos hallamos es espléndido, sí, pero siento un extraño aura en el aire. Es como si nos estuviesen observando entre la masas de arbustos que da inicio al bosque que se ubica a nuestras espaldas. Además, ya comienzo a tener sed y la deshidratación no tardará en aparecer.
Ni por coña esperaría morir en este maldito lugar.
El insoportable calor me hace sudar. Me retiro la franela que había usado para la fiesta y me acerco a la blanquecina arena de la playa. El agua está fría pero no al punto de ser insoportable. Mis pies se relajan por el líquido y decido adentrarme un poco más. Las olas chocan con mi cintura, me permito respirar y cerrar los ojos por un buen rato. El aire es salado y cálido. Vuelvo a abrirlos, lentamente.
La transparencia del agua me sorprende. Algunos diminutos peces escapan ante mi presencia, y la verdad no es un mal lugar después de todo.
Flexiono mis brazos y me lanzo hacia adelante en un movimiento rectilíneo.
Dentro del agua todo es mágico: mis ojos observan a la perfección el entorno azulado que se expande más allá de mí. Algunas irregulares superficies rocosas sobresalen de la blanca arena y observo con detenimiento el hermoso paraíso acuático: innumerables corales resplandecen con los rayos de luz y, otras especies marinas nadan en aquel magnifico lugar.
Podría vivir aquí por mucho tiempo, pienso.
Elevo la cabeza sin dejar de nadar y salgo a la superficie. Inhalo el aire y adopto una posición flotante. La calma me inunda el cuerpo y siento como cada una de mis zonas más recónditas se activa. Me sacudo el agua del cabello y observo el cuerpo de Anabelle a lo lejos.
<<Suficiente>>.
El camino de vuelta lo hago en completo silencio y justo cuando mis pies tocan la superficie de la arena en la orilla y el agua escurre por mi cuerpo con suavidad, un fuerte estruendo inunda la escena a mi alrededor; observo como el relámpago cae más allá de la fortaleza boscosa.
El ruido hace temblar todo los cimientos. Anabelle da un respingo y despierta bruscamente. El sol se ha escondido y sé que se aproxima otra tormenta.
Y pensar que creí que podría permanecer en este lugar para toda la vida.
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La última travesía (En edición) Pronto En Físico
Mistério / Suspense¿Qué misterio se oculta detrás del Triángulo de las Bermudas? ¿Es posible que exista vida en ese inhóspito y abominable lugar? "Anabelle Simmons está a punto de cumplir los dieciocho años de edad y nada puede ser más perturbador para ella que sentir...