La mañana estaba más hermosa que de costumbre pero eso era porque me sentía feliz y no era para menos, me levante en la mañana y León me había dejado un rico desayuno con unas flores amarillas y también una nota que decia:"Que tengas un hermoso día chiquilla"
Si, una nota corta pero que me hizo levantarme con una sonrisa inmensa, no espero muchas cosas románticas de mi profesor porque no es alguien que muestre que lo es, entonces, el detalle es lo que cuenta.
Me levante, me bañe, desayune, sali de la casa y Eckan me llevó, León se había ido muy temprano por lo que no vi al despertar.
El camino en el carro se me hizo corto y luego de varios minutos ya estaba en el instituto, hoy tocaba educación física (deportes) estábamos trotando en la cancha como calentamiento para empezar la clase.
— Bien chicos, deténgase — grita el profesor — Ahora hagan grupos de seis — Martina, Gabriel y yo nos buscamos con la mirada uniéndonos pero faltaban tres personas más.
Todos tenían ya sus grupos, había un grupo de cuatro y nosotros eramos tres por lo que estábamos incompletos, el profesor nos vio y los vio a ellos, pensando que hacer.
— Rosa, te quedas de jueza — le dijo a la peliroja, a ella no le gustaba mucho esta clase por lo que no puso peros — Meliza, Owen y Laura únanse a él grupo de Martina — mando el profesor y estos hicieron caso y se nos unieron.
Pasamos un rato agradable, jugamos a fútbol, nos dieron una paliza, literalmente nos ganaron once a uno, si, una verdadera vergüenza, yo me quedé en el arco pero le tenía miedo al balón, en últimas terminé pidiéndole disculpas a mis compañeros.
— Odio el fútbol, nos metieron once, escucharon, once — Martina y yo reímos, pues, Gabriel estaba indignado.
— No es para tanto, ni que estuviéramos jugando un campeonato para ganarnos algún trofeo — le dijo Martina dejando ver lo obvio y este solo se sentó en las gradas negando.
— Algún día ganaré algo en los deportes, no puedo creer que sea un nerd que ni para el equipo de bolos me tengan en cuenta, es que creen que no soy bueno en nada — sigue Gabriel lamentandose.
— Tengo entendido que iras a las olimpiadas de matemáticas — le digo, él no puede ser bueno en deportes pero en otras cosas es super dotado no se porqué tiene ese pensamiento.
— Cierto, Gabriel ellos pueden ser buenos en fútbol, béisbol, bolos etc... pero tu tienes un super cerebro, eres el mejor del instituto, nadie es capaz de llegar a unas olimpiadas de matemáticas, eres muy bueno en lo que haces — martina lo anima, desordenando su cabello.
— Quiero una novia — suelta de sopetón y nosotras nos miramos estupefactas
— Gabriel ya lo hablamos — le responde Martina algo enojada.
— Porque simplemente no me dieces que sí, Martina, no aguanto más — le dice desesperado y yo siento que me pierdo de algo.
— Gabriel debemos esperar, mis padres no me aceptarán un novio por ahora — sigo sin entender que está pasando y de que hablan.
— Dasha hazle entrar en razón, dile que podemos serlo a escondidas, sus padres no tienen porque saber, además...
— Es difícil para mí Gabriel nunca he tenido novio y soy muy mala para echar mentiras me descubrirán, te he dicho qué no — Martina se sienta al lado de él y lo abraza, y creo entender lo que sucede.
— ¿Se gustan? — pregunto sorprendida, ellos dos me miran y los dos me muestran una leve sonrisa y asienten.
— Más que mejores amigos, somos el uno para el otro — dice Gabriel y muero de ternura — Pero bueno, Martina es terca — dice ella vuelca los ojos.
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Te Quiero, Chiquilla
Teen FictionLeón Carvaggio es un hombre de treinta y dos años, un hombre frío, distante a todo lo que le rodea, trabaja impartiendo clases en la Institución Fund Nueva Granada, tiene una vida muy ordenada, es uno de los mejores profesores a nivel nacional, muy...