59- Hermana

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Narra Leilani:
Abrí los ojos y estaba tirada en el piso, me levanté con un dolor de cabeza horrible. Fui hacia mi habitación y ví la hora, estuve como 40 minutos en el suelo. Me metí a la ducha, ya ni iba a terminar la tarea. Total, siempre entrego todo, ¿qué más da si no entrego una sola tarea?

Me terminé de bañar, hice mi skincare, y me acosté. Me siento sin ganas de absolutamente nada. Solo quiero descansar y no volverme a levantar.

Me pesa incluso respirar.

[•••]

Después de un rato, llegó mamá.

Emma corrió hacía mi habitación y se lanzó a mi cama conmigo.

Emma: Te extlañe mucho, hemanita.

Todavía no sabe hablar perfectamente, pero me derrito cada vez que lo intenta.

Leilani: Yo también te extrañe mucho, mi pequeña.

Emma: ¿Y Lu? quielo estrellitas. Las maestras otla vez no me pusieron.

Es cierto que Emma y Lukas se encariñaron demasiado durante este tiempo.

Leilani: Lukas fue a… conseguirte la estrella más bonita que haya. Tardará muuuucho en regresar.

Emma: Que mal. Lo quielo mucho.

Leilani: Él también te quiere mucho mi niña.

Emma se quiso dormir conmigo y yo acepte muy gustosa. Es el amorcito de mi vida.

De mis únicas razones para seguir aquí…

Ella fue la que me regreso las ganas de seguir adelante después de la primera vez que me rompieron el corazón, la primera vez que sufrí por un niño…ella llegó a demostrarme que no todo estaba mal. Me dió felicidad.

Siempre ha sido la niña de mis ojos y no quiero que nada malo le pase, quiero tenerla en una cajita de cristal, cuidandola delicadamente.

Pero cuando me vaya, tendrá que enfrentar toda esta mierda sola. Es lo único por lo que quiero seguir viva. Por mi amor hacia mi hermana. Me aterra no verla crecer, no estar con ella cuando llore, cuando se sienta mal, cuando me esté cansada.

Recuerdo con tanto amor la primera vez que la ví. Estaba en los brazos de mamá, en la camilla del hospital. Tenía un gorrito rosado y una cobija rosa con detalles blancos, muy abrigada porque era tiempo de frío. Estaba dormida, sus cachetitos se veían tan lindos y la tranquilidad que transmitía.

Lamentablemente yo estaba enferma, así que tuve que pasar con cubrebocas y solo la ví unos minutos.

No quería enfermarla así que me la pasé en mi habitación todo un mes, y cuando salía era a comer, pero ella tenía que estar en la habitación de mis papás. Ellos insistían en qué nada malo iba a pasar si la veía, pero yo prefería cuidarla. Mi protección de hermana mayor era más fuerte.

Cuando mejore, estaba por cumplir su primer mes de vida, le compramos un pequeño pastel y le hicimos una sesión de fotos. Con nuevecitas y todo eso. Cuando la ví nuevamente, la seguía viendo como aquella pequeña con gorrito rosa.

𝗛𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗟𝗮 𝗣𝗿𝗼́𝘅𝗶𝗺𝗮 𝗩𝗶𝗱𝗮, 𝗠𝗶 𝗔𝗺𝗼𝗿 (Lukas Urkijo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora