Capítulo 23 (Narra Pine)

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Llegamos a la cabaña , caminabamos en dirección  la entrada, hacía bastante frio, excesivo para mi, todo estaba en calma , Dobre estaba tranquilo,  demasiado para mi preocupado instinto,  ese que nunca me deja relajarme, tenía ganas de ver a Helena , ella me daba seguridad,  ella me daba paz .
De repente noté la mano de Vuk en mi hombro, sonriendo de un modo jodidamente sexy, joder, otra vez esos pensamientos y esta vez no estaba ebrio .

Dobre –Pine ¿Que te preocupa ? Sabes que aunque desaparezca en mitad del Pirineo, no voy a dejar que te hagan daño, estará mi gente ahí, para sacarte si las cosas se ponen feas...Mis manos llegan a todas partes ...
Incluso aquí

Con rapidez y esa puta dominación que tanto empezaba a gustarme, llevo su mano a mi entrepierna, me empujó contra la pared de la entrada con fuerza lo que produjo que al chocar mi espada contra ella, yo emitiese un jadeo ronco...

Dobre – ¿Tienes frío? Entremos en calor

Tras decir esto me comió la boca, metiendo su lengua hasta mi garganta   mientras masajeaba con dureza toda la largura de mi polla que ya empezaba a latir hasta ponerse dura como una piedra y así  consiguió quitarme el puto frío de golpe.
Dios me gustaba esa sensación, pero mi mente me torturaba, seguía considerándome un puto cerdo por sentirme atraído por él ...

Jonathan– Necesito beber algo

Él se separó de mi, despacio,  tomándose su tiempo en restregarme toda su ereccion cerca de la mía, lo que produjo en mi una última sacudida de mi polla en su mano, esto le hizo sonreír con superioridad, cosa que me excitaba y molestaba al mismo t...

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Él se separó de mi, despacio,  tomándose su tiempo en restregarme toda su ereccion cerca de la mía, lo que produjo en mi una última sacudida de mi polla en su mano, esto le hizo sonreír con superioridad, cosa que me excitaba y molestaba al mismo tiempo.

Vuk– Yo también necesito unas copas.

Al entrar, lo que vi, no me dio esperanzas de que aquella fuese a ser una noche tranquila, Helena y Gabriela, estaban vestidas tan solo con lencería,  una lencería que volvia loco a cualquiera, subidas en unos tacones de infarto,  la cena estaba preparada, algo íntimo, pero con gran cantidad de alcohol y drogas que despertaban la sexualidad de cualquiera, coca , tusi, cristal, extais y por supuesto nuestro ya conocido Popper.

Al entrar, lo que vi, no me dio esperanzas de que aquella fuese a ser una noche tranquila, Helena y Gabriela, estaban vestidas tan solo con lencería,  una lencería que volvia loco a cualquiera, subidas en unos tacones de infarto,  la cena estaba p...

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