El ruido de un cañonazo retumbó a través del bosque.
— Fase grupal finalizada. — La voz de Yaga tronó en el bosque. — Equipo ganador: Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio.
Escuchaste los gritos de alegría de Haibara y Shoko a lo lejos, pero el brazo del alumno de Kioto se tensó con más fuerza alrededor de tu cuello. Suéltame, intentaste gritar. Pero sólo podías abrir y cerrar la boca tratando de coger aire.
—Suéltala. Ya. La competición ha terminado. — La voz calmada y autoritaria de Nanami tuvo un efecto inmediato. Su figura se levantaba por encima de ambos, Su figura se levantaba por encima de ambos, aún cargando con su espada en la mano, los nudillos blancos por la fuerza.
El chico de Kioto soltó la llave que tenía sobre tu cuello de mala gana y se levantó. Nanami te tendió la mano y te ayudaste a levantarte del suelo. Te palpaste el cuello, donde aun sentías la presión del brazo del chico. Además, habías respirado arena y te escocía la garganta.
—Gracias. — Murmuraste, observando la pila de carne inerte de maldición que tus compañeros acababan de derribar. El chico de Kioto te había placado poco antes de que Nanami le diera el golpe de gracia. — Buen golpe, por cierto.
Nanami asintió, y blandió su espada hacia el suelo para limpiarla de sangre.
— Buena asistencia.
No estabas de buen humor. Tu colegio había ganado la fase grupal, pero no habías podido lucirte. El resultado estaba bien, pero tu actuación no te serviría para un ascenso de grado.
— Mañana lo harás bien. Aún tienes un as bajo la manga. — Dijo Nanami, leyéndote la mente. —Lo importante es que hemos ganado hoy.
Se te escapó una sonrisa de ternura. Era poco usual que Nanami se saliera de su camino para darte ánimos, así que te enterneció su gesto.
— Cierto. — Rodeaste a tu amigo con el brazo, ya de más buen humor, y os dirigisteis hacia la entrada de la escuela. Notaste que se quedaba rígido bajo tu abrazo, pero no te importó. — Vamos a buscar al resto y celebrarlo.
La mañana siguiente sortearon los combates individuales. Cuando Yaga sacó un papel con tu nombre, esperaste ansiosamente que Gakuganji descubriera quien sería tu contrincante. Agitó una caja de madera dónde estaban todos los nombres de los alumnos de Kioto, y sacó un papel doblado con parsimonia.
— Mei Mei. — Anunció el profesor.
Los de Kioto la vitorearon, pero te negaste a mirarla. En lugar de eso, asentiste y bajaste la mirada al suelo, repasando mentalmente todo lo que habías entrenado. Suguru te colocó una mano en el hombro y lo apretó con fuerza.
— Destrózala. — Susurró.
Y tú asentiste. Lo harías.
Era todo el apoyo que necesitabas, así que cuando Gojo se te acercó al terminar el sorteo de los combates, tu pasaste de largo sin mirarlo. No tenías tiempo para distracciones. Hoy no. Era tu última oportunidad.
Una vez en la pista, clavaste tu mirada gélida en la chica que se levantaba a unos metros de ti. Su silueta sinuosa se apoyaba en una enorme destral que era casi tan alta como ella. En cuanto dieran la señal, comenzaría la pelea.
Te esforzaste por mantener una actitud despreocupada mientras ella te enseñaba una sonrisa afilada.
Si te alcanzaba con esa monstruosidad durante el combate estarías acabada, pero a distancia tu arco te daba una ventaja. No sería fácil disparar flecha tras flecha mientras escapabas de los hachazos de Mei Mei, pero contabas con una ventaja: tu nueva técnica maldita. Estabas segura de que ella tardaría un buen rato en comprender lo que estaba sucediendo.
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Old Beats | Gojo Satoru x Lectora
FanfictionCuando Gojo y tú estudiabais en el Instituto de Jujutsu, no pudiste evitar caer perdidamente enamorada de tu mejor amigo. Pero han pasado los años, y tú sigues siendo el único punto débil de Gojo. Para tu desgracia. (Slow burn | Spoilers en la tram...