Old Beats | Gojo Satoru x Lectora

Epílogo

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Septiembre 2005

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La pista de atletismo del Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio estaba ardiendo. El sol había dado tanto durante todo el mediodía que si ponías la palma de tu mano en la superficie, serías capaz de escaldártela. No era nada agradable.

— ¡Au! — Exclamaste al caer al suelo de nuevo.

Te levantaste enseguida y te quitaste el polvo de las piernas, deseando llevar un pantalón largo en lugar de la falda de tu nuevo uniforme, aunque tuvieras calor. Además del golpe, cada vez que te derribaban, el asfalto te quemaba la piel.

— Vale, volved a empezar. — Exclamó Yaga, que supervisaba vuestros combates de muestra.

Shoko retomó una posición defensiva, y tú la imitaste, algo insegura sobre cómo actuar. Nunca habías peleado antes, y estabas perdiendo de forma desastrosa.

Un poco apartados de la escena, estaba el resto de la clase observando con atención lo que sucedía en la pista.

— Lamentable. — Susurró de forma casi inaudible un chico de cabello blanco, sin poder despegar la vista del combate que sucedía a unos metros.

Pero su nuevo amigo sí que lo había escuchado, y sus ojos, en cambio, estaban fijos en él.
Apenas se habían conocido el día anterior y, a pesar de todo, habían congeniado bastante. "Todo" siendo que Gojo Satoru daba una primera impresión terrible. 

Pero a pesar de parecer un engreído, soberbio, arrogante y prácticamente narcisista, Suguru Geto no creía que el chico fuera realmente tan terrible. Solo estaba un poco perdido. Cualquiera diría que era la primera vez que interactuaba con chicos de su edad.

Geto lo había estado observando toda la tarde, y hacía rato que tenía una pregunta rondándole la mente.

— Oye, ¿te gusta _____? — Dijo finalmente.

Gojo se giró hacia él como si le acabara de dar una bofetada.

— ¡¿Cómo?! — Exclamó con una mueca. — ¡¿Qué dices tú ahora?!

— Solo es una pregunta, tranquilo. — Se excusó el chico moreno, poniendo las manos por delante como si Gojo fuera a atacarle.

El otro chico bufó con altivez.

— ¡Pues estás equivocado! — Exclamó, mirándolo por encima de la nariz con una mirada aburrida, que a Geto le pareció forzada. — Nunca me fijaría en alguien como ella.

Geto se ahorró puntualizar que Gojo no te había quitado la vista de encima en toda la tarde, pues no tenían la confianza suficiente como para burlarse de él todavía. Ya tendrían tiempo.

— Pues a mí me ha parecido agradable. — Comentó, en tono pacífico. — Me cae bien.

Ahora la reacción de Gojo fue aún peor. Resopló aún más fuerte, y Geto lo observó con la nariz arrugada, preguntándose qué demonios había pasado para que os odiarais tanto. Solo llevabais un día en la escuela.

— ¿Qué pasa, acaso te gusta a ti? — Dijo Gojo, malhumorado.

Geto ladeó la cabeza, perplejo.

— ¿Por eso me lo preguntas? — Insistió el albino. — ¿Quieres saber si tienes vía libre?

Geto estalló en una carcajada incontrolable.

— ¿De qué te ríes?

— Nada, nada. — Contestó Geto, secándose una pequeña lágrima en la comisura del ojo. — Eres muy gracioso.