VII

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Cuando Suguru entró en su dormitorio no estaba preparado para lo que encontraría dentro.

- ¡¡FELICIDADES!!

Sus dos mejores amigos le saltaron al cuello con tanta fuerza que casi lo lanzan al suelo, y se tuvo que sostener al marco de la puerta para no tropezar.

- Suguru es de grado especiaal~ - Empezaste a cantar a gritos mientras saltabas encima de su cama.

-Un chico de grado especiaaaal~"-Te siguió Satoru con una melodía totalmente distinta pero igual de alto.

-Qué es?!- Gritaste señalando a Satoru.

-Un chamán de grado especial!!- Respondió dando vueltas por la habitación.

Suguru seguía en la entrada, mirando con la cara desencajada como las sábanas de su cama, que siempre mantenía perfectamente hecha, estaban cayendo por el suelo y Satoru las pisaba con los zapatos.

-Qué es?!- Repetiste entrecortadamente por la risa.

-Un gilipollas de grado especial!~- Gritó Satoru mirando a Suguru con una sonrisa traviesa sabiendo cuál sería su reacción.

Suguru se lanzó encima de él con la intención de pegarle, aunque con una sonrisa en los labios.

Sólo llevabais unos meses del segundo curso y ya le habían ascendido a la categoría más alta que podía recibir un chamán, poniéndolo a la par de Satoru. Justo le acababan de dar la noticia a él, y no tenía ni idea de cómo os habíais enterado.

Estaba feliz de compartir su progreso con vosotros, pero Satoru y tu os estabais convirtiendo en un duo insoportable.

Antes de que Suguru pudiera lanzarle un golpe, Satoru se desvaneció y apareció de nuevo saltando encima de la cama junto a ti, una habilidad que había perfeccionado hacía poco. Aprovechando que Suguru estaba de espaldas a ti, le saltaste encima con una carcajada y casi termináis en el suelo de nuevo los dos.

-Felicidades Suguru!!- Le gritaste al oído, rodeándole el cuello con los brazos con demasiada fuerza.

-Sois lo peor.

Te miró de reojo y la sonrisa que viste en sus labios te dio mala espina. Efectivamente, Suguru te agarró las piernas con fuerza para que no pudieras escapar, y se dejó caer de espaldas en la cama, aplastándote contra el colchón con todo su peso.

-Argh!!- Gritaste como pudiste debajo de él mientras el colchón seguía moviéndose con los saltos de Satoru. -Ayuda! No puedo respirar!!-

-No estás abusando de tu poder muy pronto?- Preguntó Satoru.

-Huh?- Suguru se giró hacia Satoru, soltándote por fin. Se le ensancharon los ojos al ver Satoru estaba de pie encima de su cama, junto a vosotros,  con los zapatos de calle. -Baja de ahí ahora mismo!!

-¿O qué?- Dijo Satoru entre risas ignorando a su amigo.

-Que es lo que te molesta, Suguru?- Preguntaste con voz inocente. Levantaste el pie y pisaste el colchón casualmente mientras los ojos de Suguru se iban empequeñeciendo. -Esto?

Suguru agarró un libro de texto pesadísimo del escritorio y os lo lanzó con todas sus fuerzas. Te habría impactado de seguro, pero Satoru te agarró la mano rápidamente y ambos os desvanecisteis de allí.

Vuestros cuerpos aparecieron en la habitación contigua, la del otro chico, y te cubriste la boca con la mano para contener una arcada. Satoru se estaba riendo a carcajadas.

-Esta sensación es terrible.- Murmuraste a través de tu mano.

-Te acostumbras. 

Escuchasteis un golpe en la pared que daba a la habitación de Suguru, justo dónde estaba el cabezal de su cama. Debía estar haciendo la cama de nuevo. Te volteaste a mirar a Satoru y, por ningún motivo en concreto, estallasteis en una fuerte carcajada al imaginaros al chico arreglar los estragos de vuestra presencia. Te saltaban las lágrimas de los ojos.

Old Beats | Gojo Satoru x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora