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Las lagrimas no dejan de salir del cuerpo de Venti suplicando a los serafines.

—No por favor—grita cuando es encadenado para ser llevado a donde el Serafín mayor.

Su mente apenas pudo procesar todo cuando el cuerpo del humano cayo desde lo alto del edificio y termino siendo llevado al cielo a rastras.

—El lo mato—grita aquel ángel rubio que había estado horas antes junto el menor.

—Es mentira—grita de vuelta el menor recibiendo un golpe en su abdomen del Querubín que llevaba sus cadenas.

Venti apenas puede escuchar sus pensamientos por todos el abucheo que recibe.

Esto debe ser una broma de mal gusto.

—Tu lo hiciste—grita el menor hacia el rubio maldiciéndole con la mirada.

—Todos vimos que fuiste tu—grita un Querubín de la multitud.

No tenia remedio.

Todos estaban en su contra y por mas que suplique y que afirme que no había sido el.

Nadie le creería.

Finalmente, sueltan el cuerpo del pelinegro junto con las cadenas divinas hacia los píes del Serafín haciendo que el menor suelte un grito de dolor.

Venti apenas ve al Serafín se le iluminan sus pequeños ojos en medio de su mar de lagrimas.

—Serafín, por favor tienes que creerme—ruega con las manos encadenadas a la vez que se para.

El serafín apenas puede mantener su mirada hacia el cuerpo del menor antes de arrojar su cuerpo hacia las nubes.

—Quien eres—pregunta sacando su espada celestial y colocandola en el cuello del menor.

Venti tiembla asustado y encongiendose en su lugar.

No podía creer que este pasando esto.

—Soy tu hijo—responde el mas bajo con un grito desgarrador.

El menor sabia muy bien que solo esa palabra iba a saber que era el. El Serafín le había dicho en varias ocasiones que lo consideraba su hijo, y Venti sabia muy bien que nadie mas que ambos tenia esa información.

—No te creo—recibe como respuesta el ángel haciéndole doler su corazón.

—Si, lo soy—exclama intentando parase a la vez que mira firmemente los ojos del Serafín.

Venti sabia que si no demostraba su inocencia en ese lugar, ya no había escapatoria para su alma y terminaría en el infernó.

—Soy Barbatos Venti—alza la voz hablando con seguridad borrando todas sus lagrimas. —Soy el conocido por todos como el ángel rebelde, el ángel inferior y de alas cortas—limpia sus lagrimas continuando con su discurso. —Y confirmo que puedo ser todo eso, pero jamas seria una asesino de humanos—suelta con la voz firme mirando directamente los ojos del Serafín.

El contrario suelta una pequeña sonrisa sentándose en su trono.

—Eres mi Venti—responde riendo captando la atención de todos los presentes.

Querubines, arcángeles y ángeles empiezan de nuevo con sus abucheos hacia el menor pero ahora incluido para el serafín.

—SILENCIO—grita el serafín callando a la multitud.

Todos callan esperando la siguiente orden del serafín.

—Tienes 100 días para mostrar tu inocencia—pasa las manos por su cabello largo gris mientras habla. —Y en esos 100 días vas a tener que hacer una misión—piensa a la vez que revolotea sus alas.

Venti apenas puede con la alegría que sale de su cuerpo.

El serafín le creía, sabia que seria incapaz de hacer eso.

—Tienes 100 días para mostrar que la humanidad merece salvación—ordena recibiendo mas abucheos de la multitud. Y si en esos 100 días no consigues demostrarlo—se para de su asiento y agarra el rostro de Venti entre sus manos.

El menor traga saliva pensando en lo que sea que va a venir.

—Seras enviado a quemarte en el infierno—grita soltando agresivamente el rostro del menor.

Los presentes sueltan un grito de emoción al escuchar la palabra "infierno"

—Y como voy a hacer eso—pregunta el pelinegro sintiendo como las cadenas empiezan a zafarse.

El peligris suelta un suspiro de frustración abriendo sus alas y mostrando en una nube el rostro de un joven peculiar.

—Vas a tener que cuidar por 100 días a un joven que no tiene sentido en la vida—divisa en la nube a un joven pelinegro con mechas verdes y ojos miel. —Aquel joven que no tiene salvación en la vida, tendrás que mostrarle a el y todos nosotros. Que su vida si tiene razón.

Angeles y querubines vuelven a soltar otro grito de euforia.

Sabían que el pequeño ángel estaba jodido.

Era casi imposible que un ser sin sentido en vivir, encuentre una razón para hacerlo.

Venti suelta un suspiro largo parándose de su lugar y acercándose hacia el cuerpo del serafín.

—Acepto el trato—aseguro mirando directamente los ojos del peligris.

—Que así sea, Venti—confirmo el Serafín besando su frente.

La sala se empezó a llenar de todo tipo de comentarios.

Algunos celebraban porque al fin el queridisimo consentido iba atener su merecido en el infierno y otros que a duras penas eran menos de la mitad del cielo, sentía preocupación por el menor.

—Así que desde ahora debes cumplir los 100 días—grito el querubín abriendo la puerta de los cielos.

El pelinegro trago saliva con su manos sudado.

—Esta bien—dijo finalmente antes de soltar una mirada rápida a su padre y sonreirle por lo bajo antes de salir del cielo.

Esto no se iba a quedar así, Venti iba a demostrar su inocencia e iba a cumplir con su desafió, para que la persona que debía tener el castigo.

Pague.

Angel ||  Xiaoven Fanfic || Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora