Angel || Xiaoven Fanfic || Terminada.

6

Xiao se sienta alado del menor en el mesón para poder desayunar.

Apenas pudo pegar un ojo en toda la noche.

La mayor parte de su sueño fue interrumpido por un niño diciendo que le asustaba la oscuridad y quería dormir con el.

Por lo cual ambos terminaron durmiendo juntos en la cama.

El plan inicial de Xiao era dormir lo mas alejado del menor para evitar cualquier incomodidad, pero a la final terminaron durmiendo juntos y con la luz prendida.

—Que tal dormiste—pregunta Venti con una mirada inocente.

El ojimiel apenas lo mira mientras extiende su mano al cereal.

Por su suerte era fin de semana así que tenia todo el día para poder dormir. O bueno hasta que tenga que trabajar en la noche.

—Como la mierda—responde finalmente en unos segundos.

Venti abre su boca, metiendo una cuchara llena de cereal al mayor.

—No digas groserías, Xixi—regaña frunciendo su ceño.

Xiao voltea sus ojos con clara molestia.

—No me digas Xixi—reprocha mascando el cereal de su boca y estirando su cuerpo.

Venti bufa por lo bajo.

Venti tampoco había podido dormir bien, aunque siendo realistas durmió mas que el contrario.

Empezando por el hecho que Xiao tuvo que ayudarlo a bañarse porque jamas en su vida había tocado una ducha, para seguir con los sonidos horribles que había en su departamento cuando estaba a oscuras.

Y por ultimo el contador de la cabeza de Xiao seguía ahí.

—Bueno yendo a al importante—comenta el mayor captando la miranda de Venti. —Debes conseguir trabajo.

Venti abre sus ojos de par en par antes de abrir la boca asombrado.

—Y que es un trabajo—pregunta con sus ojitos brillando de emoción.

Por el contrario, Xiao hace una mueca de disgusto.

Cada hora confirmaba que estaba mas jodido que antes.

—Es una actividad que haces y te pagan por hacerlo—explica con la mirada del mas bajo acechándolo a cada instante.

Venti asiente con su cabecita, prestando mucha atención.

—Y si quieres vivir aquí, debes también ayudarme con la casa—afirma terminando su discurso.

El ojiverde asiente mientras pasa sus manos por su boca.

—Y en que se supone que trabaja—piensa en voz alta.

—Pues te tengo aquí tu salvación—comenta el contrario sacando unos periódicos y arrojándolos al mesón. —Aquí hay muchos trabajos que tienen una paga no tan buena, pero con lo que yo trabajo es suficiente para mantenernos juntos.

Venti abre su boquita sorprendido.

—Y en que trabajas tu—pregunta aplaudiendo de emoción.

—Que te importa—responde Xiao irónicamente con la misma emoción del menor.

Venti vuelve a sacar su lengua haciendo un berrinche.

—Y bueno mientras tu decidas en que trabajar—exclama parándose de su asiento. —Yo voy a dormir—informa caminando hasta la habitación.

Venti lo mira de rejo antes de pasar su mirada por los artículos del periódico.

Para su suerte por su labor en el cielo, aprendió a leer con claridad o si no también estaría jodido en ese aspecto.

—Fua—se quejo mirando como en todos los artículos eran cosas muy aburridas.

Venti quería un trabajo interesante y algo que le ayudara a conocer el mundo humano. Pero todo lo que encontraba eran trabajos simples y en oficinas.

El ojiverde quería un trabajo que le ayudara a entender mas a su humano y como ayudar a que se salve, pero por lo visto no encontraba nada interesante.

De mala gana paso al ultimo periódico que le quedaba y empezó a leer de uno en uno los artículos.

—Por favor, que sea algo interesante—rogó al aire pasando a la ultima pagina del periódico.

Paso su mirada de uno en uno de las letras de esos artículos, hasta que encontró uno que le llamo la atención. Y aun así por mas novelesco que pareciera, había encontrado su trabajo soñado.

Se paro de su asiento mientras daba saltitos de alegría y corría de nuevo a la habitación.

—Xixi—grito abalanzándose al cuerpo del mayor.

Xiao al mirarlo se sobresalto y gruño con enojo.

Se estaba a punto de quedar dormido antes de que llegara a joderle el menor.

—Ya se de que voy a trabajar—dice el mas bajo alzando su voz.

—De que—pregunta de mala gana agarrando las frazadas y cubriéndose hasta arriba.

—Voy a ser paseador de patos—avisa extendiendo el periódico con una sonrisa de orgullo.

Y así con un pequeño ángel caído dando saltitos de emoción sobre la cama. Xiao se preguntaba una y otra vez que clase de persona buscaría a otro idiota desocupado para que le de paseando a su pato.