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Xiao suspira con cansancio entrando a su departamento.

De nuevo había tenido un día pesado.

El negocio cada día iba a mejor, lo cual era preocupante, debido a que no vendía ni dulces, ni galletas.

Xiao vendía droga y bueno, no era algo tan positivo que menores de edad consumieran esa sustancia.

Pero a al final, ya quedaba en ellos.

Estirándose como si se tratara de un gato, entro en su departamento prendiendo la luz y sintiendo una calma muy extraña en su cuerpo.

No había ruido de fondo, ni comida regada por el piso y mucho menos un pequeño pelinegro corriendo por doquier.

Algo andaba mal.

Xiao mira a sus alrededores buscando a su compañero de piso.

Lo primero que hizo por clara intuición fue correr a la puerta con seguro en el fondo del departamento.

Con el corazón latiendo al mil agarro la perilla de la puerta dándole la vuelta. Y para su suerte.

Se mantenía aun con seguro.

Venti no había visto aun lo que escondía ahí.

Sin embargo, su alivio duro poco cuando miro en la mesa del comedor principal una nota mal escrita.

"Hola Xixi, conseguí un negocio redondo. Voy a estar en el restaurante diciéndole el futuro a la gente y otras cosas mas. Ven a verme cuando llegues :D"

Con amor, Venti"

—Maldito mocoso—susurro leyendo la nota y saliendo de nuevo de su departamento con las llaves en sus manos y con una chaqueta para Venti.

El menor era acostumbrado a casi no llevar mucha ropa, y debido a que era de noche. Era posible que este con frio.

Temiendo lo peor, camino por la cuadra de su edificio y rogó internamente que no le haya pasado nada al ojiverde. Y temiendo aun mas encontrarse con aquella castaña...

Y como si el destino le diera una bofetada en la cara, cuando estaba a cortos pasos del restaurante, escucho como patrullas iban a esa dirección.

—Carajo—pronuncio acelerando mas su paso. —Mas vale que no haya hecho una cagada, Venti.

Con cierta duda se fue acercando mas hasta donde iban alas patrullas. Temiendo lo peor posible para el pequeño muchacho.

Lo primero que pensó, fue que lo arrestaron y lo llevarían lejos de su lado para siempre.

Pero rápidamente se dio una bofetada mental, por toda la importancia que le dio.

—XIAO.

El grito agudo proveniente de una voz familiar, helá por completo la sangre del ojimiel.

Con lagrimas en los ojos y temblando de frio, el pequeño Venti estaba siendo agarrado por ambos hombros por dos policiales dos veces mas grandes que el.

Sin duda alguna, el mayor se abalanzo al cuerpo del mas bajo cubriendo su cuerpo con la chaqueta que le había llevado.

—Ya estoy aquí Venti—susurro en su oído tratando de tranquilizarlo.

Los policías miraban la escena todavía agarrado los hombros del menor y rápidamente lo alejaron de Xiao.

—Alejate mocoso—ordeno uno de ellos empujando el cuerpo del ojimiel.

Xiao con rabieta, enfrento al policía agarrando el cuerpo de Venti entre sus brazo separandolo del otro policia.

—Que acaso no entiendes, mocoso. Nos vamos a llevar al chico.

—No, no se lo pueden llevar—enfrento de nuevo el mayor, pensando en algún plan tonto para zafar de ahi.

No tenia la menor idea de que había pasado, pero con un cartel enorme de dudosa procedencia, mucho dinero y varias personas a su alrededor.

Sabia que Venti la había cagado.

—Porque no nos lo podemos llevar—reta de nuevo el oficial.

Xiao no tenia la menor de que hacer, tampoco era como que tenia muchas opciones de que hacer.

No quería que se llevaran a Venti de su lado, porque si Venti caía, el también lo iba a hacer.

Asi, segundos después en los que Xiao se rompio la cabeza pensando junto con un suspiro largo y agarrando la cintura del mas bajo con una de sus manos, mientras que con la otra agarraba su mejilla se fue acercando poco a poco al rostro de Venti hasta quedar a cortos centímetros del suyo. Y antes de murmurar algo que a duras penas pudo escuchar el ojiverde, junta sus labios de manera suave y delicada para el menor.

Venti al sentir los labios de Xiao sobre los suyos cerro los ojos instantáneamente sin entender nada de lo que estaba sucediendo.

Pero accediendo sin dudar al beso.

—Porque si lo haces, sera un crimen de odio—aviso Xiao separándose de Venti mientras entrelazaba sus manos.

El policía sin entender un carajo miro a su compañero para saber que hacer.

Xiao se había aprovechado un poco de las leyes de su nación, los crímenes de odio eran penalizados hasta con cadena perpetua, y bueno, era lo único que se le ocurrió para zafar.

El oficial se dio la vuelta regresando con su compañero, para saber que hacer en estos casos.

—Ok, Venti—susurro mayor mirando a ambos oficiales cuando se apartaron de ambos. —Cuando apreté tu mano, corremos—advirtió mirando duramente al mas bajo.

Venti asintió y todavía sin entender una mierda.

Poco a poco Venti se fue dando la vuelta mirando a sus alrededores, buscando algún camino que para que ambos puedan correr y una vez cuando Xiao se percato que había encontrado el camino perfecto.

Apretó su mano.

Venti sin mirar atrás, agarro el dinero que había ganado y corrió con un rumbo fijo.

Ir a casa.

Por mientras Xiao se mantenía detrás suyo corriendo a la par con Venti, todavía agarrados de la mano. Sin mirar atrás, sin fijarse si los policías venían detrás.

Solo dos jóvenes, sin rumbo fijo en la vida, queriendo huir de todo y todos.

Juntos.

Angel ||  Xiaoven Fanfic || Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora