CAPÍTULO XCIII

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Pov Addison

Estaba siendo una mañana intensa, Callie se había molestado conmigo porque salí tan rápido que ni siquiera me despedí de ella, habíamos tenido un desacuerdo con Miranda que después de todo habíamos podido solucionarlo.

Fui por un café y regrese a mi oficina. Si ella no me veía no me asesinaria.

Le marque pero no respondió. ¿Por qué estaba tan molesta?

Mark cruzaba la puerta.

-¿Qué haces aquí?

-Me resguardo de Callie. ¿La viste?

-Si y ya no quiero verla. -sonrió.

-¿Por qué?

-Esta irritadisima. ¿Le está por bajar?

-No lo sé. -rió. -Esta mañana se molesto porque olvidé despedirme de ella.

-Tú la tienes bien malcriada, ella no era así. Comenzaba a ser una mujer madura, centrada pero tú tienes la culpa de que ya no sea así.

-Mentiras que dices. -reí.

Alguien golpeo duro en la puerta.

-Adelante.

Era ella, Mark se levantó rápidamente y salió como si huyera de ahí.

-Mi amor...

-¿Por qué no me buscaste? ¿No te interesa que te disculpe?

-No quería molestarte..-sonreía nerviosa y ella hechaba fuego por los ojos.

-Ya veo que tan importante soy para ti. -volteo con intensiones de irse.

Me puse de pie rápidamente y corrí hacia ella.

-Ya mi amor. -empuje la puerta cerrandola.

-No me buscaste. -se cruzo de brazos.

-Porque estabas molesta.. ¿por qué este comportamiento? -la apoye sobre la pared.

-Estoy hormonal. -admitió.

-¿Me perdonas por irme así hoy? -busque sus labios.

-Me dejaste sola en la cama.

-Perdón. -la bese. -¿Me perdonas? -roce sus labios.

-No lo sé. -refunfuño.

-Estas un poco loquita.

-¿Crees?

-Ajá.

Se alejo de ella.

-¿No estarás embarazada? -bromee.

-Tal vez. No me ha bajado.

-¿Qué?

-Eso, no me ha bajado y he tenido muchas náuseas.

-Callie... -la morena empezó a reír cuando me vio pálida. -¿Es broma cierto?

-Deberías ver tu cara. -reía.

-No fue gracioso.

-¿No? Dijiste que podía estarlo. ¿De quién? Ay me duele la panza.

-Obviamente era broma. Yo no te embarace.

-Ah. -rió.

-Ven aquí.

-No, ven tú..-se sentó encima del escritorio.

Camine a ella y deje mis manos en su cintura.

-¿Por qué eres tan caprichosa? -acaricie sus labios.

CAER EN LA TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora