CAPÍTULO LIII

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Pov general

Callie había ignorado la pregunta de Erica, lo último que necesitaba era tener que dar explicaciones sobre su vida privada.

-Es mejor que entres Addison, dejenme sola.

-No estas bien, deja que te acompañe.

-No, enserio.

-¿Estan juntas? -pregunto la rubia.

Addison miro a Callie quien respondió por ambas.

-No, no lo estamos. - se puso de pie e ingreso hacia adentro del hospital.

-Ahí estabas. -Mark la recibio con los brazos abiertos.

-Te juro que pedí el postre sin nueces, lo recuerdo bien.

-Yo lo sé, Sofia me dijo que había comido unos dulces que había en tu cuarto, no sabìa que tenía nueces.

-¿Lo dices enserio?

-Si, mi niña esta despierta. Entra a verla.

Callie paso junto a Mark, su hija la esperaba con una sonrisa en el rostro.

-Mi amor... -se acercó rápidamente y beso su frente.

-Perdón por asustarte mami, hasta saliste en pijama. -sonrió.

-Tranquila mi niña, lo importante es que estas bien. -dejo que sus lagrimas cayeran.

-¿Cuándo podemos volver a casa? -pregunto mirando a Mark.

-Esta noche estaras aquí en observación pero mañana puedes regresar con mamá.

-¿Mami te quedaras conmigo hoy?

-Claro que si mi amor. -sonrió. -No voy a separarme de ti.

-Pediré que la llaven a una habitación donde ambas esten comodas. Ya vuelvo.

-¿Quieres ir a cambiarte mami?

-No hija, así estoy bien. Me prestaron un abrigo. -sonrió.

-¿Mi mamá Arizona?

-Debe estar por..

No acabo de hablar cuando la rubia ingreso.

-Hola mami.

-Hola amor, ¿cómo te sientes?

-Bien, mi papá dijo que me quedare esta noche aquí y ya mañana puedo irme con mi mamá.

-¿Qué te parece si mañana vas a casa conmigo?

Callie la observó molesta.

-No mami, quiero estar en casa de mi mamá Callie. Gracias. -sonrió.

-Pero podemos...

-Ya te dijo que no, yo puedo cuidar de ella, soy su madre.

-No parece, mi hija estuvo a punto...

-Mamá, mi mami no hizo nada para lastimarme, yo comi sin permiso unos dulces de su cuarto, debí preguntar primero. 

-¿No fue el postre? -Arizona estaba apenada.

-No, recorde bien y lo pedi sin nueces. No podría dañar a mi hija. Espero que tu también creas eso.

-Disculpame.

-Te quiero mucho mamá... -miro a Arizona. -Pero no me gusta como a veces te diriges hacía mi mamá, la acusas de cosas feas. Dices quererla pero quien quiere de verdad no hace eso que tu haces.

-¡Sofía! -Arizona la miro fijamente.

-Ya, no es momento para esto. Yo me quedare esta noche con ella, de igual manera debes volver en la mañana a firmar su alta.

CAER EN LA TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora