CAER EN LA TENTACIÓN

CAPÍTULO LXVII

Pov general

-Levántate ya Addison. -corría cambiándose.

-Por favor es muy temprano.

-Ambos aparatos sonaron. -salio hacia la sala.

-No puede ser, ¡ES DOMINGO! -corrió y se coloco rápido unos jeans y una blusa básica.

-Ven, aquí llevo café.

-Déjame cepillar mis dientes al menos.

-¡Corre! Entenderé el carro.

Corrió hacia afuera, estaba por bajar a buscarla nuevamente cuando la vio subir con su cepillo de dientes en la boca.

-Wow. -rió saliendo de su garage.

-Déjame en paz. -saco su botella de agua y enjuago su boca

-Eso es asqueroso mi amor.

-Ni modo. Estoy muriendo de sueño. No debimos acostarnos tan tarde.

-Si debimos. -sonrió. -Sobre todo si tu novia te baila en ropa interior.

Addison rió.

Llegaron al hospital y corrieron adentro.

-Miranda estamos aquí.

-Bien, am Torres con Mark y Addison ven conmigo. -tomo el café de sus manos y lo boto en la basura.

-¡Hey Miranda!

-Muévete.

-La odio. -bufó.

Callie rió.

...

El día estaba siendo tan pesado, solo quería dormir.

Termino lo suyo con Mark y fue a una sala de descanso.

-¿Enserió despiertas así todas las mañanas junto a Addison?

-Y antes hasta decían que no me lavaba las manos. -rió. -¿Qué haces aquí Yang?

-Te buscan.

-Mi aparato no sonó. -se quejo sin voltear aún.

-¿Te quieres parar e ir a tu oficina?

-No.

-Ya muévete. Te veo luego.

-¡Dios! -se puso de pie y camino a su oficina.

Antes de llegar recogió un café.

Tarareaba para no dormirse. Se preguntaba donde estaba Addison metida.

Al entrar observo una mujer de espaldas. Al rodear su escritorio allí estaba otra vez.

-¿Qué necesitas?

-¿Sabes algo de Dan?

-Hable con él sobre ti y no creo poder contestar a esa pregunta.

-¿Es enserió? ¿Se burlan de mi?

-Te voy a pedir que te retires. No tienes porque venir hasta aquí a molestarme, todo esto es tan incoherente por Dios.

-¿Te lo parece? Estas alejándome de él.

-Vete o haré que seguridad lo haga.

-No me conoces.

-No me interesa tampoco. -llego a la puerta y la abrió. -Que tengas un buen día.

La mujer sonrió y pasó junto a ella sin antes golpear sobre su café haciendo que cayera al piso.

-¿Qué demonios te pasa?