Capítulo 9

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Lia

Oliver fue ayer a hablar con la discográfica que les contactó. Tienen dos semanas para escribir dos canciones, llevan tan solo un ensayo y han escrito media canción, por lo que van bastante bien.

Tengo sentimientos encontrados con esta noticia, por una parte, soy la novia orgullosa de su novio y sus amigos, que los ha visto tocar en directo desde hace cuatro años por allí y por allá. Los ha visto frustrarse, se ha comido miles de ensayos y ha perdido tiempo de estar con su novio para que él suba a un escenario y sea feliz, porque es lo que realmente le llena. Pero, por otro lado... por otro lado, siento pavor, y si siento eso es porque sé de lo que son capaces de hacer esas cuatro personas, sé que no solo van a querer producirles una canción y sé que por mucho que desee que triunfen me va a doler si acaban yéndose de gira por el mundo.

Joder.

Joder, joder, joder.

Mira que no suelo decir palabrotas, pero la presión que tengo en el pecho últimamente no es normal.

Siento que tengo un nudo enorme, más bien una bola enorme llena de nudos y más nudos, que me dificulta para respirar y me hace sobre pensar cosas que no quiero. Y no me gusta sentirme así, porque hace que me encuentre mal y me hace sentir mala novia y alguien posesiva por, en parte, no querer que su novio se vaya a una gira.

Aparte de eso, el escándalo de las últimas semanas no me ha ayudado para nada, y juntando todo lo de Oliver más el estrés del trabajo... muy relajad no he estado.

Se ve que el pastel de bodas que hice no era para cualquier persona, la mujer y el hombre que vinieron son ultra famosos en el mundo de las redes sociales, o esas fueron las palabras de Nil ante todo el escándalo que se montó en redes.

Resulta, que Cleo, la novia, es bastante conocida en las redes sociales por subir contenido de moda. Y Adán, el novio, es entrenador personal de un gimnasio que sube videos de entrenamientos personales. Resulta que Adán es y era el entrenador personal de Cleo, se enamoraron y bueno... se casaron el lunes.

Ambos estaban muy contentos con el resultado final del pastel y les encantó, tanto, que decidieron compartirlo en redes sociales.

Subieron a las historias de Instagram toda la boda, prácticamente la documentaron con videos, pero entre todas aquellas historias había un vídeo, que por cierto, se ha viralizado, en el que Cleo y Adán cortan juntos el pastel entre flashes de móviles, sonrisas y lágrimas de felicidad. El siguiente vídeo es el de ellos probando el pastel y sus caras muestran una sorpresa increíble acompañadas con unos «está buenísimo».

Al día siguiente subieron fotografías de la boda, unos posts para verlas en el muro de ellos. Todas las fotografías eran carruseles de fotos, excepto un post, es una sola foto en la que el pastel se luce como un supermodelo, con un montón de iluminación alrededor. Y cada piso tiene un corte triangular para ver los bizcochos del interior lleno de capas jugosas a rebosar de relleno.

De pie de fotografía hay unos agradecimientos a la pastelería, qué sorpresa, no puede etiquetar porque no tenemos redes sociales, pero sí ha tenido el detalle de poner el nombre y la calle en la que nos encontramos. Y me etiquetó a mí también, supongo que encontró mi Instagram porque en todos los pasteles tenemos que poner unas tarjetas en las que están el nombre de quien lo ha realizado y apellido aparte del nombre del centro.

Además la fotografía iba acompañada con un pie de foto en el que ponía: Quiero agradecerle a Lia Santos, la pastelera, su gran trabajo y esfuerzo tras todos los postres realizados y sobre todo este precioso pastel lleno de sabor e idóneo para la ocasión. Adán y yo no podríamos haberle encargado a alguien mejor el pastel del mejor día de nuestras vidas. Gracias, de corazón.

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