Oliver
Mierda.
Mierda.
Mieeeerda.
¿Qué coño ha pasado?
¿Cómo no he podido apartarme en el segundo uno en el que Mar me ha besado?
¿Cómo ha podido mi lengua moverse siquiera si yo no quería?
Me merezco todo lo que me pase, así que no me sorprende tener a mi mejor amigo agarrándome del cuello de la ropa y que me acabe de pegar tremenda hostia contra una pared.
—Qué. Cojones. Has. Hecho —remarca cada palabra.
Los ojos marrones con partes ambarinas de Julen me observan con fiereza, siempre ha tenido la mecha muy corta, pero creo que hoy su dinamita ha llegado al fin conmigo. Ni yo mismo sé cómo ha podido ocurrir, no tengo excusa y si me va a dar un puñetazo, no voy a quejarme porque me lo merezco.
—¡Eh, eh, eh! —Grita Iris corriendo hacia nosotros.
Ni la he escuchado entrar.
—Julen ¡¿qué coño te pasa?! —Grita Bruno también acercándose.
Bruno forcejea con la mano de Julen, apuesto que la tiene casi blanca porque me aprieta con fuerza contra la pared que queda a mi espalda. Iris le grita que me suelte un centenar de veces, y Bruno le agarra del puño e intenta con todas sus fuerzas meter los dedos por dentro de este para que Julen me suelte.
—Esto no es hacer las cosas bien, pedazo de gilipollas —escupe mi mejor amigo.
Me suelta de malas maneras y se va del camerino pisando con fuerza el suelo. Iris y Bruno se miran con preocupación, me miran a mí que me estoy dejando caer al suelo deslizando mi espalda hasta sentarme. Tengo los ojos fijos en la otra punta del camerino, con la mirada perdida, preguntándome porque no sé hacer absolutamente nada bien. No tengo que mirar para saber que Iris ha hecho contacto visual con Mar y la culpable de esta situación ha apartado la mirada.
Iris sale corriendo, supongo que en busca de Julen y Bruno se agacha a mi lado, me hace preguntas, me dice varias cosas, pero no le escucho, solo puedo preguntarme como narices he llegado a esta situación.
Julen no me dirige la palabra desde ayer, ni me mira a la cara, no sé qué les ha contado a Iris y a Bruno, pero espero que no sepan nada.
Júlia sabe que algo ha ocurrido, yo estoy más serio de lo normal, Julen lleva un cabreo encima de tres pares de narices, yo no respondo a nada de lo que dice cualquier persona presente, y Bruno e Iris intentan hacer que los cinco entablemos una conversación.
Subimos al autobús que han contratado para llevarnos hasta Barcelona, supongo que era una tontería volar hasta nuestra ciudad estando tan cerca. Una vez nos sentamos extremadamente separados los unos de los otros como si fuese lo más normal del mundo Júlia se levanta y se planta en el pasillo de nuestro vehículo.
—Ya que estamos todos aquí, y nos quedan tantas horas de viaje por delante juntos, —recalca —¿alguien puede explicarme de una vez que narices ha pasado en las últimas horas?
—Pues... —empieza Mar.
Suelto una risa amarga cuando decide hablar y miro por la ventana. Es irónico que ella vaya a dar alguna explicación sobre todo esto. Noto como me fulmina desde su asiento, más que nada porque su mirada me abrasa la nuca por su intensidad. Encima tendrá los santos cojones de estar enfadada conmigo.
—¿Qué pasa, Oliver? —Insiste Júlia.
—Nada, nada, que continúe.
—¡No me dejas! —Me grita Mar.
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Veneno
किशोर उपन्यासLia Santos es una joven repostera que vive en un pequeño piso de la ciudad de Barcelona junto a sus amigos de toda la vida. Lia es sencilla, tranquila y altruista, la pasión por la repostería perdura en ella desde que era pequeña cuando cocinaba jun...