Capítulo 24

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Oliver

¿Qué has hecho qué? Me grita Júlia en el aeropuerto de Grecia.

—Me compré dos billetes de avión desde Grecia a Barcelona y otro de Barcelona a Grecia borracho, en mi defensa diré que no era del todo consciente de lo que hacía y me he enterado esta mañana desayunando —le repito añadiendo eso último a ver si se suaviza el golpe.

—¡Eso ya lo he escuchado la primera vez! — Grita —. Yo... Yo... Yo... Yo te mato Oliver Ibañez, te descuartizo ahora mismo y te aseguro que me da igual que me lleven presa a una cárcel —escupe las palabras.

—¡Me he enterado esta mañana!

—¡¿Y me lo dices ahora?!

—Sí, es que esta mañana estabas tan cabreada que cualquiera se hubiese atrevido a decirte algo. Y ha sido en el desayuno, después de tu bronca, tampoco me he esperado tanto tiempo.

Se pasa las manos por su cabello rubio engominado como si se le hubiese salido un pelo o algo parecido y resopla con pesadez.

—Ah, es decir, que por esa cabeza que tienes, se te ha ocurrido que es buena idea decirme justo cuando llegamos a Grecia que no vienes al hotel, cuando hay fans fuera esperándoos y van a notar tu ausencia, y encima, que te vas a Barcelona porque te compraste un billete borracho.

—Exacto.

—¿Y no se te ha ocurrido cancelar el vuelo? —Pregunta en tono irónico y atacante.

—Pierdo el dinero.

—Encima que te compras un billete que no tiene reembolso, si es que eres de lo que no hay, y yo que pensaba que Julen era el problemático del grupo.

—¡Oye! Te recuerdo que estoy detrás —replica el aludido.

Ah, porque sí, no solo se acaba de enterar Júlia de que me voy a Barcelona, sino que mi grupo también.

—Ya sé que estás detrás Julen —le dice con pesadez y quitándole importancia sin quitar la vista de mí.

—Júlia no lo hice aposta, pero ya que no puedo devolver el billete porque sería tirar el dinero al menos déjame ir a Barcelona. Son solo cuatro días y llego el día cuatro por la mañana, así que son tres días y poco, ni notaréis mi ausencia.

—¿Y los ensayos?

—¿Qué pasa con ellos? —Frunzo el ceño.

—No los harás...

—Júlia, las canciones las he compuesto yo con Iris y Bruno y llevo tocándolas todas desde que estuvieron terminadas, no tienes que preocuparte, me las sé de memoria.

Júlia vuelve a resoplar, mira el reloj de su teléfono antes de prestarme atención a mí de nuevo.

—No vas a ir —concluye.

—¿Cómo qué no?

—Como que no, Oliver, fin de la discusión, vamos anda, que nos están esperando fuera y no estoy para perder el tiempo —se gira sobre ella misma y empieza a caminar, pero yo no.

—Lo siento Júlia, pero no voy a ir.

—¿Que no vas a qué? —Se gira hecha una furia y arqueándome una ceja.

La tía da miedo cuando se enfada, no voy a negarlo.

—Que no voy a ir —repito.

—¿Y quién lo dice?

—Yo.

—Pues yo te digo que sí, y como soy tu manager, vas a hacer lo que yo te diga —remarca.

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