Capítulo 37

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-MINI MARATÓN PT.2-

Lia

No sé cómo acabo montada en la moto de Oliver y mucho más después de haber insinuado que era el fin de nuestra relación de pareja. No sé a qué me refería realmente, era una sensación de quiero estar contigo pero a la vez no. Quiero estar contigo pero para estar bien, para ser lo que siempre hemos sido, no chillarnos cada vez que hablamos. Y sí, le he dado una oportunidad más, mi corazón y mi cerebro no suelen estar de acuerdo en lo que respecta a Oliver. El cerebro me pide que corte con todo de raíz, el corazón que lo intente una vez más, solo una más.

Y así es como acabamos ambos en nuestro mirador, y sorprendentemente no hay nadie para haber todavía luz. Aunque tengo que admitir que de noche estas vistas son mucho más bonitas ya que todo está iluminado y Barcelona se ve completamente preciosa.

Oliver deja la moto a un lado como de costumbre y espera a que me baje con un salto que sigue costándome la vida porque la moto es alta. No le espero, voy a buscar un lugar donde ponernos y me quedo ahí sentada hasta que él llega.

Suspira cuando se sienta y mira hacia la ciudad como estoy haciendo yo.

—Lo siento —rompe el silencio.

—¿Por qué? —Pregunto de manera atacante.

—Entiendo que estés dolida y enfadada, pero no va a solucionar nada que nos hablemos de malas manera.

—No quiero hablarte mal, pero me lo has puesto tan difícil últimamente que me sale contestarte así antes de pensar cual es el tono que estoy usando, lo siento.

—Creo que tenemos que aclarar muchas cosas... —tiene la respiración pesada y algo agitada.

Le noto algo tenso, en cambio, si está nervioso, lo está sabiendo esconder de una manera espectacular.

—Eso lo sabemos desde hace tiempo —aclaro.

—Lo sé, pero vamos a intentar hablar de todo lo que ha pasado, donde empezó todo ¿cuándo me fui de gira? ¿te ha molestado que me haya ido?

—Oliver yo nunca podría...

—Cortarme las alas, sí, lo sé —acaba la frase por mi —. No hablo de eso, sé que nunca me cortarías las alas, ¿pero te ha molestado que me haya ido a cumplir mi sueño? ¿te ha molestado que no esté en Barcelona?

—¿Qué? Oliver, escúchame por favor, ¿cómo no voy a querer que te vayas de gira? Siempre has querido vivir de esto, y el precio que hay pagar es una relación a distancia, pero no por ello no voy a dejar que cojas un avión. Estaba mentalizada de que esto podría pasar desde que supe que tenías un grupo de rock con unos amigos, y no sabes lo feliz y orgullosa que he estado por todos y sobre todo por ti. Es verdad que hasta que no tienes a tu novio a la vuelta de la esquina a punto de irse por meses, no notas la presión en el pecho de ese ¿qué pasará? Pero el problema no ha derivado en que te hayas ido para subirte a los escenarios que siempre has querido, al principio todo fue bien hasta que llegaron los celos.

—¿Y por qué de la nada te pusiste celosa de Mar?

—No empecé yo a tener celos de los demás —niega con la cabeza levemente.

Y entonces recuerdo esa fiesta en la que vi aquella fotografía de Lia y vuelvo a sentir que me hierve la sangre, y no por esa imagen vista en un momento crítico en el que la echaba de menos a rabiar, si no por lo idiota que fui.

—Fue solo una vez... —me justifico de alguna manera.

—No es cuestión de una vez Oliver, es cuestión de que creo que nunca te he dado ningún motivo para que dudes de mí, ni tampoco he construido cimientos de comunicación y confianza en esta relación para que me lo pagues de esta manera. Todavía no sé cómo sacaste esa foto de contexto, porque solo es un chico diciéndome algo gracioso y yo salgo riéndome.

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