Capítulo 11

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Lia

—¿Te gusta? —Me pregunta Oliver.

Han pasado ya unos días desde que el grupo se ha ampliado, la chica nueva, Mar, es super simpática y paciente, y se lleva bien con todo el grupo. Según lo que me ha contado Oliver también es muy creativa a la hora de escribir las letras de las canciones y da muchas ideas y cuando tocan las canciones suele ir probando cosas nuevas para mejorar la melodía.

Acabo de llegar de trabajar, a pesar de venir a casa de Oliver este miércoles él no ha venido a buscarme. Llevo varios días sin ver a mi padre y ha querido aprovechar para ir a buscarme al trabajo y llevarme hasta casa de Oliver. Al no ser una persona especialmente activa con el móvil, puede que se me pase llamar a mis padres y se molesten por ello, así que al final alguno tiene que hacer el esfuerzo y venir a donde yo estoy, normalmente a mi trabajo.

Al menos he visto a mi padre hoy, y no ha sido tan duro como mi madre cuando no la llamo a ella. Lo único que me ha pedido es que llame a mi madre. Están divorciados pero siempre se han llevado muy bien, así que he supuesto que mi padre le ha dicho a mi madre que iba a recogerme en el trabajo y le ha pedido que me recuerde que ella existe, me dio a luz, y que como deber como hija tengo que llamarla de vez en cuando.

—Sí, está genial chicos.

—¿Pero genial de que están bien, o genial de que lo mandemos ya a la discográfica? —Insiste Julen.

—Genial de que lo mandéis a la discográfica. Son muy buenas canciones chicos, y lo digo objetivamente.

—¿Lo dices objetivamente o por que tu novio es el guitarrista?

—Objetivamente, sois muy buenos, las canciones son pegadizas, la letra es increíble y yo, si las escuchase como descubrimiento en Spotify irían directas a mi lista de música. Sois geniales chicos, y el día que os lo creáis llegaréis muchísimo más alto de lo que estáis a puntito de conseguir.

—¿Entonces las mandamos? —Pregunta Iris.

—No sé porque estáis tardando tanto.

—Mañana es el último día, las grabaremos todas por la tarde, le dejan unos micrófonos y una mesa de mezclas a mi padre, y viene un amigo suyo a ayudarnos a grabarlas antes de mandárselas a Arnau —explica Oliver.

—¿No le sirve un video? —Pregunto.

—Eso mismo he preguntado yo cuando me lo han dicho —me dice Mar.

—No, no vamos a enviarles un video cutre —se queja Julen, como de costumbre.

—Pero vais muy justos para enviarlo todo ¿no? —Insisto porque les encanta hacerlo todo en último momento y dudo que les importe que les manden un vídeo casero.

—Eso mismo he dicho yo... — Mar parece estar más que de acuerdo conmigo.

Miro a la susodicha y nos sonreímos mutuamente.

—Vosotras dos, —nos llama Bruno la atención —ahora no hagáis complot.

—Dijo el que hace complot con Julen cada vez que puede... —Iris se pone de nuestro lado.

—Oliver, haz algo, han hecho complot las tres, únete a nosotros —dramatiza Bruno.

—No, no, a mí no me metáis —levanta las manos en señal de rendición.

—Claro que si te metemos —Iris le mira amenazándote.

Oliver suspira cansado.

—Anda, no hagáis complot. Mañana grabaremos y lo enviaremos, lo bueno se hace esperar ¿no? Además no creo que tardemos tanto en producir tres canciones...

VenenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora