Capítulo 17

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Tía Inko

Cuando la puerta se abrió no supo qué hacer, lo que en un principio había parecido una buena idea de repente se convirtió en la PEOR. En definitiva no estaba pensando claramente, era algo que debía haber supuesto que pasaría, pero como parecía costumbre en su vida cuando se trataba de Deku su maldito cerebro no pensaba apropiadamente. Una débil vocecita le gritaba que mandara todo a la mierda y saliera corriendo, que inventara alguna estúpida excusa y se fuera,  pero la voz fue eclipsada por otra más fuerte que le decía que él no éra un maldito cobarde, aún si en ese momento se sentía como uno. 

¿Qué diablos debería decir? No tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo al ir allí...

Ok, eso no era del todo cierto, sabía perfectamente a lo que había ido. Llevaba días sintiéndose como un miserable, un desquiciado, cada día era peor que el anterior y eso lo estaba matando. Katsuki no creía que su cuerpo fuera apto para resistir tantos sentimientos, porque ahora mismo sentía que quería vomitar todos ellos. No sabía cómo la gente podía lidiar con esa clase de cosas todo el tiempo, su vida era más fácil cuando todo lo que sentía era enojo. Descubrir que tenía un maldito corazón latiendo en su pecho parecía haberlo hecho hipersensible a cualquier situación, parecía que las emociones que antes le eran indiferentes ahora lo golpeaban el doble.  

A diferencia del llorón de Deku, Katsuki nunca había sido una persona emocional. Él no lloraba por estúpidos sentimientos ni se sonrojaba por comentarios tontos de extras sin importancia. Tampoco habían muchas cosas que lo hicieran sentir triste o miserable, su tiempo era muy valioso como para perderlo en emociones tan poco favorecedoras como esas. No, él era duro y cruel, pocas cosas lo habían hecho sentir tan mal como para permitirse llorar y la mayoría eran momentos de su niñez en donde todavía era un mocoso débil y sin control de sí mismo. Luego, durante su adolescencia las únicas veces que había llorado habían sido de pura frustración e ira, como esa vez que perdió contra Deku en Ground Beta y luego del retiro de All Might, cuando lucho contra Deku...en Ground Beta. 

Mierda, él siempre tenía que estar en su camino, ¿no?

En ese entonces podía entenderlo, una vida de odiar a Deku y admirar al héroe número uno podían hacer eso incluso en alguien tan duro como él, pero ahora no estaba tan seguro y eso era lo que más lo turbaba, no era capaz de reconocerse. Deku había estado directamente implicado en esos momentos, y ahora que la ira no era la única emoción que sabía reconocer era consciente de que se había sentido engañado y herido y había sido Deku quién provocó todo eso.  

Para alguien que siempre se jactaba de que le importaba una mierda lo que los demás pensaran de él, parecía un mal chiste al fin darse cuenta de que el tipo al que había odiado toda su vida y al que le había hecho daño durante tantos años era en realidad el detonante de los momentos más significativos de su vida. Deku lo hacía sentir vulnerable. 

Al principio se sintió molesto y quizo recurrir a la vieja costumbre  de autopreservación que había usado toda su vida, la cuál consistía en ser un maldito imbécil, pero eso parecía no funcionar tan bien como antes. Cuando ocurrió lo de Toga su corazón se rompió y en consecuencia se alejó cada vez más de Deku, creyendo ilusamente que en poco tiempo pasaría y podía volver a su normalidad, estaba convencido de que eso era lo mejor y ahora finalmente había logrado que Deku se alejara por su cuenta. Debería sentirse aliviado, pero no era así. 

Le tomó un tiempo llegar a la conclusión de que prefería una vida en donde Deku fuera feliz con alguien más a una vida en donde no tuviera a Deku en lo absoluto. Por supuesto no le sentó nada bien pensar así, él nunca había sido alguien tan débil y mucho menos alguien que tomara decisiones influenciadas por sentimientos, era peligroso. Aún más en el camino de un héroe, pero su propio dolor le recordó el daño que causó durante años y la inevitable resolución llegó a él; no merecía a Deku pero merecía completamente sentirse miserable. Era lo justo. Katsuki nunca creyó en esa basura del destino o el karma, pero si existía definitivamente este era su castigo y él lo tomaría. 

Para merecerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora