Capítulo 3

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La ducha

A Katsuki siempre le habían atraído los hombres, era algo que sabía desde hace mucho pero que no aceptó hasta hace unos años, cuando conoció al chico que le había dado su primer beso.

Las cosas entre ellos no funcionaron porque el chico se había enamorado de Katsuki, pero este no sentía lo mismo. Las cosas no terminaron bien y desde entonces Katsuki decidió que no volvería a meterse con nadie, no había sentido la necesidad después de todo, ni siquiera en ese entonces. Lo había hecho por mera curiosidad, quería saber qué era eso que tenía tan obsecionados a sus compañeros que hacía que hablaran de sexo y besos todo el jodido tiempo. Ni siquiera en ese entonces encontró una respuesta para satisfacer su curiosidad de a qué se debía tanto alboroto, el beso había estado bien, pero nunca sintió estúpidas mariposas en el estómago ni exitación, ni siquiera ganas de repetir aquella mierda. Le había parecido una perdida de tiempo. 

Ni siquiera había pensado en eso durante mucho tiempo, por lo que consideró la posibilidad de ser asexual. Creía que era lo más lógico después de todo, quizá se había apresurado en su diagnóstico gay y en realidad no le atraían tanto los chicos como pensó. Pero el destino obró para que pudiera reafirmar una vez más lo gay que era.  

"Solo comparto la habitación porque se lo debo al pelos de moco."

Era lo que se repetía mientas caminaba hasta la cabaña. No quería pensar la verdadera razón por la que se había sonrojado y lo que implicaba, era un error, una reacción de su cerebro queriendo fastidiar con pensamientos tan ridículos y desagradables como aquel. 

Katsuki no sentía nada por Deku, no de forma romántica ni mucho menos positiva. Siempre había existido entre ellos una especie de rivalidad, aunque era más que todo de su parte, pero ese era un tema aparte. La razón por la que se sentía en deuda con Deku es por todos esos años de abuso que soportó el peliverde, no fue hasta que conoció el peso que cargaba sobre los hombros como futuro símbolo de la paz que se dio cuenta de que quizá había sido un poco insensible al respecto.

Había crecido en un ambiente un poco conflictivo y violento, aunque sus padres lo querían eran muy estrictos, principalmente su madre, de quien había heredado su temperamento. Como no solían ser abiertos con sus sentimientos, Katsuki había aprendido de igual forma, a expresar todo a golpes e insultos. En su casa no se hablaba mucho de nada, por lo que sus padres no sabían nada sobre el asunto del nerd y era mejor así. No quería escuchar a la vieja bruja hablar a gritos durante horas porque lastimó los sentimientos del increíble y tierno chico Midoriya o las miradas silenciosas de su padre cargadas con pura decepción. 

Desde que había peleado con Deku y All Might le hubiera dicho todo, Katsuki quería remediar las cosas entre Izuku y él, aún si parecía todo lo contrario debido a su actitud aún intolerante. La verdad era que no sabía cómo actuar sin verse débil y patético, pedir disculpas de la nada sería tan raro que no creía poder sobrellevar la situación. Además, Deku seguro se pondría a llorar como el debilucho que es y eso era algo que tampoco estaba dispuesto a soportar. Solo quería enmedar las cosas un poco, no ser su puto amigo, tampoco se sentía tan mal. Aún así había recapitulado cada cosa que le había hecho y por momentos se sentía como una completa basura. En especial por aquella vez que le insinuó que...

"Soy un bastardo, cómo no me di cuenta antes de que la basura aquí soy yo."

Había madurado, o en el fondo eso quería creer. Al menos había reconocido sus fallos, eso era bastante progreso para él, porque él nunca fallaba. Pero aún no sabía cómo disculparse con Deku, al final de cuentas estaba en esa situación porque no pudo hablar como un chico normal y decir "¿Cómo van las cosas con All Might? ¿Has progresado algo?"  

Para merecerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora