Capítulo 25

473 21 36
                                    

Reunión familiar

Había pasado un mes desde que Toga huyó de la escuela. Miembros de la policía en conjunto con algunos héroes se dispusieron a buscar a la joven dentro y fuera de las instalaciones. Cuando All Might habló con el director y el jefe de la policía, acordaron que la situación era bastante delicada como para no hacer algo al respecto, así que con la mayor discreción posible hicieron un esfuerzo por reunir pistas que condujeran a la chica, pero hasta ahora nada había dado resultado. Fue como si la tierra se la hubiera tragado.

Durante ese tiempo, Izuku se dedicó con más empeño a sus entrenamientos, junto con Katsuki. La noticia sobre su relación se esparció rapidamente entre el resto de la escuela, incluso los maestros estaban al tanto de ella. Aunque principio nadie estaba muy seguro de que esto fuera cierto, pues su relación no había cambiado demasiado a simple vista. 

Seguían siendo competitivos entre ellos, peleaban de vez en cuando y en general no parecían una pareja ordinaria. El impacto más grande para todos no fue la nueva relación entre dos hombres, no, lo más extraordinario es que se trataba de ellos dos. Todos ya sabían sobre sus continuas peleas y su complicada relación, apenas se toleraban como compañeros y de repente se habían vuelto amates. 

Para sus compañeros había sido algo natural, vivieron parte de su proceso junto a ellos así que la sorpresa no fue tan grande como lo fue para el resto de la escuela, pero ninguno sintió la necesidad de aclarar las dudas de nadie. 

De todas formas no hizo falta, una vez que la muchedumbre (como solía decirles Katsuki) comenzó a asimilar la noticia notaron que en realidad ambos habían cambiado mucho. No se tomaban de la mano a cada instante ni iba por allí dandose besos y cumplidos cursis, pero definitivamente su trato con el otro era diferente. 

Y quien más los había sorprendido era Katsuki, porque todavía gritaba e insultaba a todos como la mecha corta que era, pero su trato con el peliverde era casi...sumiso. La manera en la que miraba a Izuku era casi de adoración, y aunque aún lo llamaba Deku o nerd de mierda, el tono dulce en su voz y la mirada que usaba con él casi hacían que las palabras parecieran caricias en lugar de apodos desagradables. Y la sonrisa tan cálida y brillante con la que Izuku le respondía era amor puro. La forma en la que veía a Katsuki era de pura adoración, como si nada ni nadie existieran para él una vez que el verde esmeralda se encontraba con el carmín del rojo. 

Otra de las cosas que muchos pensaron era que de esa relación no podía salir nada bueno, que debido a su historial seguramente se trataría de algo pasajero y tóxico, pero contrario a todos estos pensamientos los dos chicos parecían cada día más unidos y su relación se volvía más sólida, al punto de que muchos comenzaron a envidiarla (de la buena manera). 

La química que se cargaban era innegable para cualquiera que los haya visto interactuar, para los adultos que habían sido sus maestros desde su ingreso a la escuela y en especial para All Might, la conexión que ambos tenía en combate era extraordinaria. La manera en que entendía las intenciones del otro sin decir una palabra, el como eran capaces de combinar tan bien sus ataques y lo increíblemente obsecionados que estaban el uno con el otro para conocer tan bien sus fortalezas y debilidades como si fueran las propias. Todo eso era de conocimiento entre el cuerpo de enseñanza, pero ahora incluso otros cursos se acercaban a ellos durante las prácticas solo para verlos en combate. 

Sus enfrentamientos en individual eran simplemente épicos, ambos había mejorado muchísimo sus habilidades y eso se notaba en la arena. Pero ver sus peleas cuando trabajaban juntos era todo un espectáculo, naranja y verde se movían como uno solo, tan sincronizados que casi parecía una coreografía, una danza entre amantes. 

Las sonrisas en sus rostros y la confianza que tenía en el otro mientras luchaban les permitía llegar al límite cada vez, como si cada uno fuera el empuje y la red de seguridad del otro todo al mismo tiempo. Verlos era casi mágico, les hacía olvidar que estaban viendo un combate en donde debían derrotar a un enemigo y en cambio veían a dos grandes héroes en perfecta sincronía demostrando que eran los mejores. 

Para merecerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora