Capítulo 27

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El Símbolo de la Paz

"Puedes ser un héroe" fueron las palabras que All Might le dijo cuando había decidido que él sería su sucesor y fue uno de los mejores días de su vida, porque su sueño al fin iba a cumplirse podía ser un héroe, salvaría a las personas y nada más y nada menos que el héroe N°1 de Japón fue quien se lo dijo. 

Su admiración por el héroe siempre fue más allá de un sentimiento pasajero de un niño que quiere ser como un adulto genial. Para un niño, y además uno sin peculiaridad como Izuku, ver a una figura tan grande siempre salvar con una sonrisa era algo que le había llenado el corazón en sus días más oscuros. 

Más que el Símbolo de la Paz había significado para él un símbolo de fe y perseverancia. Esperanza, la llama que había mantenido su corazón encendido ante la idea de poder ser un héroe algún día. Y aún si aquella llama se apagó por un instante, fue él quien le dio la oportunidad de probar que también podía ser un héroe, que también podía salvar a todos con una sonrisa. 

Quería ser alguien que llevara paz y tranquilidad a las personas con su mera presencia, no porque fuera el más poderoso sino porque era aquel que estaba dispuesto a dar su propia vida por defender a los demás y ofrecer consuelo a sus corazones.  Quería ser un refugio seguro para las personas, así como All Might lo había sido para él. 

Lo admiraba, porque aún estando en la cima de todo era más humano que cualquiera. Las encuestas de popularidad y ser parte de una agencia nunca había sido el objetivo, la esencia de un héroe era salvar, llevar paz y era lo que había hecho durante toda su carrera. 

Y después, cuando Izuku creyó que ya no podía admirarlo más, conoció a Yagi Toshinori.

Conoció al héroe y conoció al hombre y para Izuku ambos eran igual de increíbles, con su sentido de justicia intachable y fuerte determinación. 

El héroe le había enseñado todo lo que un profesional en el área debe saber, cómo moverse, cómo usar su fuerza y a explotar sus habilidades. Había construido su cuerpo y espíritu en base a sus enseñanzas y ejemplo, y estaba completamente agradecido por aquello, pues contaba con la ayuda y la experiencia de quien había estado en miles de batallas y trabajado sin descanso su cuerpo y mente hasta perfeccionar cada punto de debilidad. Todo lo que un aspirante a héroe debía saber, lo conoció de él. 

Y después estaba el hombre, una persona que desempeñó un papel que jamás pensó que podía obtener de nadie. El papel de un mentor de vida, un padre. Porque sin importar la razón por la que haya iniciado su relación, ambos habían encontrado en el otro aquello que la vida de cierto modo les había arrebatado. 

Yagi nunca tuvo hijos porque sabía lo que implicaba tener una familia, por mucho que lo deseara sabía que así como tenía mucha gente que lo amaba otros muchos lo odiaba y estarían siempre buscando cualquier signo de debilidad para hacerle daño. Era un riesgo que jamás iba a correr, por lo que renunció a tener pareja o hijos. 

Sin embargo, Toshinori encontró en su discípulo algo más que un muchacho prometedor. Con el tiempo no pudo evitar encariñarse con el muchacho y pronto su relación se volvió más estrecha. Inconscientemente habían creado un lazo que difícilmente encajaba en el papel de un mentor y su discípulo y aunque ambos lo sabían nunca dijeron nada. 

Eran aquellos momentos en los que su tiempo juntos estaba destinado a algo más que hablar de OFA, entrenamiento y cosas de héroes. Para Izuku eran preciados los breves momentos en los que se les permitía olvidar que eran solo un mentor y su discípulo, porque con él podía hablar cosas que a lo largo de su vida no se había atrevido comentarle a su madre por vergüenza, o porque creía que ella no las entendería. 

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