🍃 Capítulo 15 🍃

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● Sueños eróticos y goma de mascar.

maratón 1/2

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SASKIA

Después de varios minutos de buscar a Owen, la morena logró encontrarlo en la biblioteca, éste estaba frente a ese estante que contenía los libros que tanto le gustaban. Mientras él decidía cual tomar para leer, ella caminó hacia él a pasos laxos. A su lado, Saskia silbó, llamando la atención del pelinegro.

—Ricitos ¿Qué te trae por aquí? —preguntó con una voz gutural que le llegó al sistema nervioso, sobre todo, cuando la enfrentó y la miró con esos intensos ojos de bellos colores.

—Me dio mucha curiosidad verte tan solo. —se acercó a él y éste solo enarcó una de sus cejas y la sombra de una sonrisa se posó en sus labios.

—¿Ah sí?

—Hujum. —Saskia tomó de la corbata del uniforme al chico y jugueteó con ella hasta que tiró de la prenda para acércalo a su cuerpo quien no dudó ni un segundo y estampó sus labios contra los de ellas.

No entendía que era todo lo que sentía en ese momento, pero cada vez que las manos del pelinegro acariciaban su cuerpo se estremecía. Owen avanzó un par de pasos y Saskia entendió sus movimientos, caminó hacia atrás hasta que él la levantó y la sentó sobre una de las mesas para meterse entre sus piernas.

—Eres tan hermosa, Saskia Hall. —jadeó al sentir los labios del chico sobre su cuello, sobre todo, cuando notó que algo duro se presionaba en su entrepierna y...

—¡Saskia, despierta que se te hace tarde!

—¡No! ¡no estábamos haciendo nada malo, lo juro...!

Llevó una de sus manos a su pecho que se agitaba visiblemente. Parpadeó un par de veces y pudo enfocar a su padre quien la miraba con ojos entornados. Le recorrió un escalofrió cuando recordó lo que soñaba minutos antes.

—Humm... papi...

—Es tarde, así que ve a bañarte.

Fue todo lo que el hombre le dijo y salió de su cuarto. Se dejó caer de nuevo sobre la cama y cubrió su cara la cual sentía que le ardía.

—¡Ay Dios, no puedo creer que haya sido mi primer sueño erótico! —susurró muy avergonzada—. ¡No puede ser!

Descubrió su cara mientras su corazón seguía latiendo rápido, recordó las manos del pelinegro sobre su piel y por inercia apretó sus piernas.

—Ay no... —se volvió a sentar sobre la cama y frunció un poco el ceño al sentirse un poco... ¿húmeda? La morena cerró sus ojos y puso una mueca para a continuación ponerse de pie y meterse al baño de prisa.

Cuando salió del baño se vistió a toda velocidad mientras la duda la asaltaba. No se explicaba la razón de por qué había tenido ese sueño. Lo había sentido tan real. Lo que el pelinegro le había provocado con tan solo un beso y unas caricias la hacían sentir un tirón en su bajo vientre y por ende sentirse muy avergonzada.

Sollozó como si estuviese llorando y se miró al espejo.

—Ya basta, Saskia ¿Qué carajos te pasa eh? —se riñó y suspiró con pesadez—. ¿desde cuando eres tan...? No debías soñar eso..., o en todo caso, debías soñarlo con..., Amadeo no con Owen. ¿Pues qué te pasa?

Mordió su labio inferior e intentó relajarse.

—Dios ¿con qué cara voy a verlo ahora? —apretó sus labios y segundos después, sonrió divertida—. ¿será que en la realidad besa tan bien? ¿la tendrá...? —pegó un respingo cuando se dio cuenta hacia donde iban sus pensamientos—. Ay Dios, Saskia, parece que tienes que volver a bañarte con agua bien fría.

Todo Lo Que Fuimos Sin Querer © ✓ ACTUALIZANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora