🍃 Capítulo 19 🍃

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● Cero por ciento de posibilidades, cien por ciento de fe.

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Mini maratón 2/2

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SASKIA

Salió del salón lo más rápido que pudo, en lugar de dirigirse al auditorio donde les darían una charla sobre temas que en ese momento a ella no le importaba, se dirigió hacia la oficina de la secretaria del director Breeze.

La señorita López.

Escondida en un lugar no tan estratégico, observaba a la mujer con ceño fruncido mientras ésta tecleaba en su computadora con tranquilidad. Saskia empezó a pensar algún plan para distraerla y así obtener lo que quería.

Información de Owen Willow.

Suspiró, miró a su alrededor y al asegurarse de que nadie la miraba, se acercó a pasos laxos hacia una máquina de bebidas y se escondió entre la máquina y la pared, asomó un poco su cabeza para vigilar los movimientos de la señorita López. Se sentía una detective en ese momento, solo que no se daba cuenta que la vigilaba sin disimulo alguno.

Repiqueteaba sus dedos sobre la pared con poca paciencia mientras esperaba el momento exacto en que López dejara su pequeña oficina a solas para poder ir y averiguar sobre el chico, era su única alternativa para saber de él ya que él no tenía ni la más mínima intención de contestarle el celular.

Casi hizo un berrinche al darse cuenta que después de unos veinte minutos, la mujer no se movía ni para ir al baño, se le estaba volviendo una tarea muy complicada a la morena y tenía que entrar a las otras clases.

—¿Qué estamos viendo?

Saskia pegó un respingo y se pegó más a la pared completamente asustada cuando un chico de cabellos castaños le habló muy cerca. El corazón de Saskia se había alterado por semejante susto. Lo observó durante un par de segundos, segundos que hicieron que el castaño borrara la sonrisa de su cara.

—¿Eres muda o qué, niña?

—Y tú ¿eres idiota o qué? —respondió llevándose con disimulo la mano al pecho y avanzó un paso para no parecer intimidada por ese castaño.

—Sid, ¿qué...? Oh, hola...

Otro castaño parecido al que la asustó, asomó su cabeza para verla. Miró a ambos chicos con ceño fruncido mientras pensaba en como deshacerse de ellos, pues le echarían a perder su tan elaborado y maravilloso plan. Cuando miró al castaño más alto —quien la había asustado— notó que éste la miraba sin vergüenza alguna de pie a cabeza.

—¿Qué me ves, inútil? ¿acaso se te perdió una igualita? —lo empujó para alejarlo de ella.

—¿Inútil? Preciosa, dame un momento y te demostraré que no soy para nada inútil...

—Ahórratelo ¿quieres? —zanjó y alzó su mano al aire.

El castaño emitió un «ja» mudo y miró al otro castaño con picardía.

—¿Ya escuchaste a ésta, Snoopy? —volvió su mirada a ella, solo que esta vez más serio—. ¿Para qué vienes a la escuela si no tienes modales?

—Para empezar, aléjate de mí —Saskia empujó de nuevo al chico ya que se había acercado más—, y que te valga un reverendo pepino si tengo o no modales, gran igualado.

—Ya deja de molestarla, Sid. —pidió el otro castaño—. Mejor volvamos a la mentada charla esa.

—Hazle caso a él, Sid, se ve que es el más inteligente de los dos. —retó con burla, el chico la miró con ceño fruncido y dio un paso hacia ella quien no se inmutó y alzó la barbilla muy digna.

Todo Lo Que Fuimos Sin Querer © ✓ ACTUALIZANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora