🍃 Capítulo 23 🍃

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● Solo quiero que estés bien y ya.

▪▫▪▫

● SASKIA

—Salúdame a ese chico ¿eh? Dile que tiene que pasar por una inspección antes de salir con mi sobrina favorita. —dijo el hombre viendo a la morena sobre su hombro.

—Papá —suplicó a su padre muy sonrojada mientras que el hombre se reía con su mejor amigo en el asiento del copiloto.

—¿Crees que debería darle permiso? —Luca entrecerró los ojos y miró hacía el instituto—. Ni siquiera estoy seguro de que siga viniendo a la escuela.

—Humm pues la verdad, yo creo que no. No sabemos nada de él.

—No es justo, ustedes son dos...

—Solo es por tu bien, Saskia, ¿Qué tal que ese chico sea un vago sin oficio ni beneficio? Tu padre y yo solo te cuidamos.

—Pues no es necesario porque él es genial y no tiene ningún vicio. —defendió la chica.

—¿Y cómo se llama el dichoso noviecito ese?

—Ya sé —habló Luca antes de que Saskia respondiera—, ¿Qué opinas de la educación en casa, Will?

—Tío, Will —se asomó entre los dos asientos de adelante y miró a su tío con una sonrisa forzada—. ¿Qué opinas de padres y tíos sobreprotectores que solo quieren hacerle la vida imposible y miserable a sus hijas y sobrinas?

Will sonrió y miró a Luca, después volvió su mirada a la morena.

—Que deberían desaparecerlos de la faz de planeta. —dicho esto, quitó el seguro que Luca había puesto.

—Por eso eres el mejor. —dejó un beso en la mejilla del hombre y después en la mejilla de su padre para a continuación, salir del auto.

En esta ocasión tenía la esperanza de encontrarse a Owen, sin embargo, después de tanto buscarle en todo el instituto, supo que no había asistido. Otra vez. Suspiró y miró hacia la puerta de su salón, sabía que debía entrar sino quería un problema con sus padres, pero... tampoco quería estar otro día sin saber del chico, así que dio media vuelta y con sumo cuidado caminó en dirección a la salida.

Avanzó hasta cierta parte a pie y luego consiguió un taxi. Un par de minutos más tarde, llegó a la entrada de la residencia y miró de nuevo al hombre que la había atendido la otra vez, hablaba con una chica muy alta y que usaba un pañuelo en su cabeza, enseguida se dio cuenta que era muy risueña.

—Descuida, Janeth, si llega yo te aviso enseguida.

—Bueno, muchas gracias, Gerardo. —agradeció ella, amable.

—No hay de qué.

Saskia esperaba con timidez que el hombre hablara con la chica, aunque llegó a desesperarse, solo quería que la atendiera y la hiciera pasar. Necesitaba saber de Owen, había pasado una semana entera en la que no había sabido absolutamente nada de él después de que los chicos los molestaran. Por más que preguntara, nadie le daba información sobre Owen.

La chica que hablaba con el señor de la caseta, miró hacia atrás aun con esa sonrisa contagiosa y le pareció que le dedicó una mirada curiosa que le incómodo un poco.

—Nos vemos, Gerardo.

—Hasta luego, Janeth.

La tal Janeth, entró a la residencia lo que Saskia aprovechó para acercarse a Gerardo.

—Ey, Gerardo ¿te acuerdas de mí? —le sonrió ampliamente.

—No muy bien... espera, tú eres la que buscabas a los señores Parrish ¿cierto?

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