🍃 Capítulo 10 🍃

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Las consecuencias de hablar por impulso.

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● OWEN

Se reprochaba cada cosa que había soltado.

Mientras se miraba al espejo se aferraba al lavamanos y cada palabra que le dijo bombardeó su mente y una vez más quiso golpearse.

Cerró sus ojos y se recriminaba todo lo que había hecho.

Si bien odiaba como trataban a la chica, sabía que no tenía el derecho de hablarle de esa manera. Había logrado acercarse a ella y no podía creer que lo había arruinado en un momento.

Saskia debía darse cuenta de las cosas, pero él no tenía el derecho de hablarle de esa forma, menos cuando desde un principio fue él quien se portó grosero con ella.

El golpe leve en su puerta lo hizo salir del baño, enarcó una de sus cejas al ver a su hermana sentada al borde de su cama y que ojeaba su libreta.

Si hubiese sido otra persona, le hubiese molestado a niveles increíbles, esa libreta era muy importante y muy confidencial, sin embargo, era su hermanita, la chica que podía hacer y deshacer con él y se lo permitiría.

—Franco quiere llevarte a la escuela.

—¿En el auto?

La chica no dijo nada, solo asintió. Owen se tensó y caminó hasta su closet para tomar el saco del uniforme. Todo su cuerpo se había tensado. Pasaba la prenda por sus brazos mientras se obligaba a sí mismo a tranquilizarse.

«Ir en auto sería genial ¿cierto? Era normal.» Pensó más tenso que antes.

Cerró sus ojos un pequeño momento y sintió como poco a poco los latidos de su corazón empezaban a aumentar. Fue en ese momento cuando Janeth puso sus delicadas manos sobre las del pelinegro, logrando que éste abriera los ojos y que poco a poco se tranquilizara.

—Todo está bien, si no te sientes listo no debes hacerlo.

Apretó sus labios en una fina línea y asintió. Tomó la mano de la chica y besó el dorso de esta.

—¿Qué haría yo sin ti?

—Estarías muerto, quizá. —bromeó ella, sin saber cuánta verdad tenían esas palabras.

Owen la atrajo a su cuerpo y la abrazó muy fuerte, dejó un beso en su cabeza y su mente de nuevo viajo a ese momento con la morena. Volvió a repasar cada palabra que le había dicho y negó una vez más.

Se separó de su hermana y tomó la mochila, la cual pasó por sus hombros y al girarse se encontró de nuevo con Janeth.

—¿Estás seguro que estás bien?

—Yo siempre lo estoy, pecas.

—Mentiroso... —ella le sujetó del mentón e hizo que ladeara un poco su cabeza, fue cuando miró sus ojeras y el cansancio en su cara—. Otra vez no pudiste dormir ¿cierto?

Owen tomó su mano y besó la palma de esta.

—Estoy bien, tranquilízate ¿okey? —la chica suspiró de forma ruidosa mientras que él le sonreía.

—Bueno, pero promete que si algo te pasa hablarás conmigo ¿sí?

—Lo prometo. Ya debo irme sino...

—Owen.

Lo interrumpió enseguida antes que el pelinegro se acercara a ella para despedirse.

—Habla con ella y discúlpate, porfa —el chico bajó un poco la mirada a sus pies y rascó su cabeza. Janeth tomó su rostro entre sus manos y lo obligó a verla—. Hazlo, dile que fuiste un bruto y que no sabías que decías.

Todo Lo Que Fuimos Sin Querer © ✓ ACTUALIZANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora