🍃 Capítulo 49 🍃

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● Tarde o temprano…

OWEN

Saskia y Owen caminaban por el centro comercial tomados de la mano.

El pelinegro observó con amor a la morena que iba a su lado, sonrió mientras se hacía mil preguntas en su interior. No entendía cómo es que alguien tan bello y perfecto como Saskia podía fijarse en un chico lleno de cicatrices y dañado como él.

No lograba comprenderlo, pero agradecía que esa morena de hermosos rizos se fijara en él. lo agradecía porque, aunque a lo mejor su final no fuera el mejor —mientras él estuviera lejos— todo el tiempo que estuvieron juntos, él había sonreído como no lo había hecho en años y ya con eso, solo con eso todo lo que vivieron hizo que lo que ambos tenían valiera la pena.

Entraron a la tienda del señor quien le sonrió de oreja a oreja a Saskia, conoció a Owen quien le sonrió un poco y muy amablemente le mostró todas las guitarras a la pareja.

El pelinegro estaba entre una con el diseño parecido al que usaba su guitarrista favorito —Slash— o una con el diseño rojo metálico y detalles negros. Así que, con ayuda de la morena, se decidió por la que se parecía a la de su artista favorito.

Feliz, los jóvenes salieron de la tienda, Owen con la guitarra en su funda la cual colgaba de su hombro. Owen se iría a Santa Harkness al día siguiente, así que estaban pasando ese día juntos como despedida.
Pasaron por el área de comidas, luego platicaron en la terraza del centro comercial y por último, por el área de juegos donde las risas no faltaron. Owen era muy feliz con su morena. Mientras Saskia se concentraba para encestar el balón, el pelinegro la observaba con una sonrisa enorme.

Estaba más que seguro que quería luchar, que quería sanar por su relación con Saskia. Ella merecía lo mejor y él quería dárselo. Estaba dispuesto a todo con tal de mejorar. Así se distanciara de ella un tiempo, sabía que al menos por su parte, el amor que sentía por la chica no se iba a apagar, al contrario, sería el combustible para esforzarse a mejorar por completo.
Lucharía por ella, por sus sueños. Dejaría todo su pasado atrás y junto con Saskia, a pesar de las luchas y desafíos, saldrían adelante.

Después de que la chica se aburriera de los juegos, pasaron por unas malteadas y al final salieron del centro comercial. Owen alzó su cabeza y observó que el cielo estaba empezando a ponerse nublado, la brisa soplaba un poco fuerte haciendo que el pelinegro sintiera un escalofrío por el frio.

—¿Qué tal? Papá es un brujo..., parece que sí lloverá. —mencionó la morena. Owen sonrió y se ajustó el abrigo negro.

—Ni que lo digas. Al menos decidiste hacerle caso, sino la niña se me viene sin abrigo.

—Ay, no empecés. —reclamó la chica y le dio un sorbo a su malteada.

—¿Estás lista? —Saskia tragó grueso y suspiró con pesadez.

—No, digo, no sé.

—Ricitos, creo que es el momento para que se conozcan, mamá me ha preguntado mucho por vos..., y yo quiero que..., pues que la conozcás, es mi madre... —alejó de su cara sus rizos y le dejó un beso en la nariz—, pero si no querés está bien. yo entenderé...

—No, no, es que..., solo son los nervios. Claro que quiero conocer a tu mamá. debo felicitarla porque su hijo le quedó de diez.
Owen se rio sin poder evitarlo, completamente rojo de la vergüenza, causándole ternura a la morena.

Todo Lo Que Fuimos Sin Querer © ✓ ACTUALIZANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora